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Esta aleta de ternera rellena con carne picada, panceta, aceitunas y pimiento asado y hecha en cazuela da como resultado una carne jugosa y abundante, con suficiente salsa para echar por encima.

El solomillo Wellington es una carne a la costra con una capa de paté y otra de champiñones entre la carne y el hojaldre.

Pinchos de carne adobada en vinagre y especias, cocinados sobre la parrilla. Los anticuchos más populares son los que se hacen con corazón de res.

Una ensalada de tomate y cebolla con trucha asada a la brasa, o algún otro pescado de agua dulce.

Cuando las chuletas o las costillas se hacen en el horno, puedes hacer otras cosas mientras se cocinan, cocinas varias a la vez y todas están listas al mismo tiempo. Quedan muy sabrosas al añadir hierbas y vino.

El cordero se adoba en una mezcla fragante de ajo, perejil, sal y aceite de oliva, y se ensarta en brochetas para asarlo a la barbacoa hasta obtener tiernos trozos de carne, dorada y ahumada.

El pecho de ternera es una pieza dura, pero cuando se cocina lentamente queda tan tierna que se deshace en la boca. La salsa barbacoa y la cerveza de jengibre lo mantienen jugoso.

El relleno es un acompañamiento suculento para el solomillo de cerdo, lo hace más jugoso y que rinda más. El jugo que suelta la carne se aprovecha para hacer una salsa.

Un asado de de carne de vacuno al estilo clásico. Cuando la carne es de buena calidad, basta con asarla correctamente para que quede perfecta.

Brochetas de carne adobada en vino, vinagre y curry en polvo muy populares en las barbacoas sudafricanas.