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Cocinar con sobras de verduras, hortalizas y legumbres

Saber utilizar las verduras sobrantes es una forma fantástica de ahorrar dinero, a la vez que se enriquece la dieta con más nutrientes.

¿Cuántas veces se termina tirando las verduras que sobran de la comida? ¿Y los restos que se quedan olvidados en el refrigerador? Casi todos lo hacemos más veces de lo que nos gustaría admitir. Guardamos las sobras en la nevera con las mejores intenciones, sólo para olvidarnos de ellas hasta que ya no están comestibles y  hay que tirarlas. O tal vez nos aburre comer las mismas verduras recalentadas varias veces en una semana, así que acaban en la basura.

Además de ahorrar dinero, salvamos al planeta, pues los restos orgánicos que acaban en las pilas de basura generan gases que contribuyen al efecto invernadero.

Realmente no hay razón por la que las verduras, legumbres, y hortalizas sobrantes tengan que echarse a perder, porque hay muchas maneras en las que se pueden utilizar ¡Con un poco de creatividad, se puede encontrar la manera de añadir restos de verduras a casi cualquier plato!

Sopa de verduras

Una de las formas más obvias de utilizar restos de verduras es hacer una sopa de verduras, y es también una de las formas más reconfortantes. Se puede usar cualquier resto de verduras perdidas en la nevera o en el congelador, hortalizas que se tengan en la despensa, e incorporar sobras ya cocinadas. Las zanahorias, el apio, maíz, patatas, calabaza, judías verdes, guisantes, espinacas, acelgas y tomates son buenos ingredientes para sopas. La sopa se puede hacer con casi cualquier tipo de carne, o sin ninguna carne, puramente vegetariana.

Sopa de patatas asadas, sopa de batatas asadas, sopa de hortalizas asadas

Si milagrosamente han sobrado alguna de las patatas asadas o de las batatas asadas que se sirvieron como acompañamiento de ese asado, pueden utilizarse para una hacer deliciosa sopa. Asar las hortalizas antes de añadirlas a la sopa ayuda a dar al producto final un sabor distinto y una textura más rica. Para darle más sabor, se puede añadir bacón ahumado, o tocino, frito hasta que esté bien crujiente. En ausencia de bacón o tocino, se puede probar con jamón cocido, o lacón, picado. La sopa de batatas asadas, además,  queda muy bien cuando lleva castañas.

Las cebollas, los tomates, las remolachas, y los pimientos asados también pueden ser la base de sopas excelentes. Así que no hay que sufrir cuando quedan restos después de haberlas servido como acompañamiento o como primer plato en cualquier otra comida.

Cómo a casi todo el mundo le gustan las patatas asadas, y también las batatas asadas, es muy difícil que sobren. Es una buena idea poner una fuente más con ellas, si hay sitio en el horno, cuando se está asando carne, y así se ahorra tiempo, y se aprovecha el calor, para preparar el otro plato.

Ropa vieja

La ropa vieja es una forma ideal para aprovechar restos de un cocido madrileño o de uno andaluz, donde pueda haber una mezcla judías verdes, berza, zanahorias, patatas, garbanzos, varios tipos de carne y tocino, así que el método puede aplicarse a restos de comida de casi cualquier tipo. También funciona muy bien sólo con sobras de verduras y hortalizas.

Por ejemplo, si han quedado unas pocas patatas asadas o puré de patata y algo de repollo, que son guarniciones típicas para acompañar a un asado en muchos países anglosajones, los cocineros de esas tierras fríen cebolla, picadita, y las echan a la sartén para crear su versión de este plato. Lo llaman bubble and squeak porque la grasa de la sartén burbujea y chirría cuando se añaden las verduras, que suelen estar muy húmedas porque normalmente se hacen hervidas o al vapor.

Guisos

Hay muchos, muchos diferentes tipos de guisos que se puedan preparar en una cocina y casi todos ellos contienen algún tipo de verdura o de hortalizas, y todos los guisos de verduras suelen quedar bien con cualquier tipo de verduras sobrantes que se tengan a la mano, así que es muy fácil incorporarlas a un guisado que se esté haciendo. También se puede hacer un guiso basado en las sobras que tenemos y algo más. Basta empezar con un sofrito y se pueden añadir otras verduras, hortalizas y legumbres, pasta, arroz, y carne. Hay muchas recetas y son fáciles de adaptar. Los que decidan ser creativos e inventar su propia receta, sólo necesitan asegurarse de que todos los ingredientes están cortados en piezas de tamaño similar, para que se hagan a la vez. Si se está trabajando con sobras de verduras y hortalizas ya cocinadas, las verduras crudas duras que se utilicen deben cocinarse también hasta que estén tiernas antes de añadirlas. Cualquier tipo de carne dorarse antes,  y si se añade pasta, deberá estar cocinada.

Se puede poner un poco de todo lo que hay en una cazuela fuerte, que pueda meterse en el horno, y obtener un plato de lujo después de guisarse lentamente. También funciona con la olla eléctrica.

Chile con carne, vegetariano o no

Cualquier tipo de judías secas ya cocinadas sobrantes son un buen ingrediente para hacer chile con carne, no importa que no sean frijoles rojos ni judías pintas, pero también se pueden incorporar verduras y hortalizas a la receta ¿Quién está dispuesto a probarlo? De hecho, con la correcta combinación de legumbres, verduras, hortalizas  y especias, se puede hacer un delicioso chile vegetariano, sin carne.

Se puede hacer un chile vegetariano con judías de cualquier color, cebolla, ajo, pimientos, tomates y maíz, pero se le puede añadir casi cualquier otra cosa. Si no tenemos pimientos ni maíz, podemos sustituirlos fácilmente por apio y espinacas, por ejemplo.

Y los que no puedan soportar la idea de un chile sin carne, solo necesitan dorar un poco de carne picada, preferentemente de choto o buey, pero puede ser de cerdo, pavo, pollo o restos  de asado, y añadir las sobras.

Tayín o curry,  vegetarianos o no

Son platos que funcionan especialmente bien con garbanzos cocidos, y se trata, en esencia, de la misma idea del chile con carne, pero cambiando las especias.

Para un tayín utilizaremos cilantro y comino molidos, y puede que también canela. Podemos tomar como ejemplo las recetas de tayín de cordero o tayín de pollo. Podemos añadir hortalizas como la zanahoria, calabaza y batata, y verduras como las espinacas.

Para un curry utilizaremos garam masala, la mezcla de especias de la India y podemos estudiar la receta general para hacer curry como inspiración. Las espinacas son muy parecidas a las verduras locales en la India y funcionan muy bien, pero se pueden incorporar zanahorias, maíz, calabaza y batata sin ningún problema. Ciertos tipos de curry, especialmente los que incluyen leche de coco, incluso admiten frutos secos, pasas, o rodajas de piña seca.

La ventaja de un curry sobre otros guisos es que permite utilizar una variedad más amplia de ingredientes más sustanciosos, como tofú y paneer, el queso fresco de la India, pescados, mariscos, y todo tipo de carne, aunque la carne de cordero y la carne de ave son las que quedan mejor.

Ensaladas, piriñaca

Hay muchos que sólo piensan en verduras y hortalizas frescas y crudas cuando se dice la palabra ensalada, pero también se pueden utilizaren ensaladas verduras y hortalizas cocidas, incluso algunas hortalizas asadas. Y, por supuesto, se pueden utilizar todo tipo de legumbres.

Después de todo, es muy común servir judías verdes y los espárragos, cocidos, con mayonesa o una vinagreta como primer plato. Así que si sobran, se les puede añadir algunos ingredientes más para hacer una ensalada para todos. Se puede improvisar una ensaladilla con restos de patata y zanahoria hervidas, simplemente añadiendo mayonesa y quizás atún y guisantes de lata.

Los garbanzos en piriñaca no son más que garbanzos cocidos aliñados con una vinagreta sustanciosa, incluyendo pimiento verde, cebolla, y tomate picados o en cortados en trozos cuadrados, pequeños. Esta combinación tambén funciona con alubias y frijoles de todo tipo. 

Los guisantes y zanahorias quedan bien en ensaladas de pasta.

Casi todas las sobras de verduras y legumbres cocidas se pueden utilizar en algún tipo de ensalada, tibias y solas, o frías y acompañadas de lechuga y tomate crudo. Se pueden hacer ensaladas con maíz, guisantes, judías, soja verde o edamame, y más.

Pasta primavera

La pasta primavera no es más que pasta con verduras jóvenes, cocidas o a la plancha. Se pueden añadir guisantes, zanahorias, calabacín, berenjena, cebolla y tomate, pero se puede utilizar prácticamente cualquier tipo de hortaliza que sobre. La pasta primavera va bien con una ensalada sencilla y pan de ajo.

Tartas abiertas, pizza, pizza calzone, empanadas, empanadillas al horno, tartaletas, volovanes, quichés

Basta extender la masa, embadurnarla con un poco de aceite y salsa de tomate, o con pasta de tomate, poner encima las sobras de verduras mezcladas, mezcladas con queso, y al horno. La cena estará lista 20-30 minutos después. Si utilizamos hojaldre, o masa quebrada, y cualquier queso, tendremos una tarta abierta. Si utilizamos masa de pan, o masa para pizza, y queso mozzarella tendremos una piza italiana.

Las pizzas con ingredientes vegetales son muy populares, así que no habrá problema. Si no hay mucha cantidad, siempre se puede comprar una pizza congelada y añadir las sobras de verdura como ingrediente extra para hacerla más nutritiva. Basta con añadir también un poco mozzarella rallada o en lonchas para protegerlas y que no se quemen en el horno. De esta forma, se pueden aprovechar fácilmente restos de los que hay muy poca cantidad.

Cuando no hay humor para preparar la base para la pizza o la tarta abierta, siempre se puede improvisar. Una rebanada de pan, ligeramente tostado, un muffin inglés, que es ligeramente salado, tortillas mexicanas, de maíz o de trigo, pan naan o paratha indio, o incluso pan pita, pueden servir como base improvisada para pizzas y tartas abiertas.

La forma de una pizza no influye demasiado en el sabor. Rectangular o redonda, seguro que está muy rica.

Si se le da forma de tartaleta a la masa quebrada y se le añade un poco de bechamel bien espesa, tendremos tartaletas de verduras. O tartaletas de verduras y algo más. Las espinacas y el salmón, cocido o ahumado, son un ejemplo.

Los volovanes se hacen con masa de hojaldre, cortando una base circular y una pared en forma de anillo. Las verduras se mezclan con bechamel espesa para hacer el relleno. Los volovanes hechos con restos de champiñones o setas son una delicia. Si hace falta añadir algo más, el jamón cocido es siempre una buena opción.

Y si se prepara una base de masa quebrada en un molde con paredes más o menos altas, que se puede cocinar parcialmente, o no, y se rellena con los restos de verduras, y una mezcla de nata líquida y huevo batido, y se mete al horno unos 20 minutos, tendremos una quiché de verduras. También se pueden añadir otros ingredientes.

Si mezclamos las verduras, bien escurridas, con un poco de salsa de tomate, y las extendemos sobre una base de masa quebrada, de unos 6 mm de espesor, cubriéndolas con otra lámina de la misma masa, tenemos una empanada. Tardará unos 30 minutos en el horno. También se pueden hacer empanadas con hojaldre y masa de pan – de ahí el nombre de empanada.

Las empanadillas pueden llevar el mismo relleno de una empanada, pero en este caso se cortan círculos de masa, se pone un poco de relleno en el centro, y se doblan la masa para formar una media luna, sellando los bordes. Tardarán unos 20 minutos en el horno. La pizza calzone no es más que una pizza redonda doblada por la mitad, en forma de media luna, como si fuera una empanadilla muy grande. También se hace en el horno, y puede llevar como relleno las sobras acompañadas de mozzarella, y salsa de tomate, si hiciera falta.

Si una sopa de verduras se acompaña de pan, cuscurros o galletitas saladas, servirá como comida ligera, y si se sigue de un sándwich o una tostada de queso derretido a la parrilla o en el horno de microondas, se tiene una comida sustanciosa. Si se sirve una ensalada después de una sopa de patatas o batatas asadas, se tiene una comida ligera muy nutritiva. Cuando cualquier sopa se sigue de un sándwich de queso, o jamón y queso, a la plancha, el resultado es una cena sustanciosa y nada cara.

Qué hacer con las patatas cuando sobran

Las patatas cocidas pueden utilizarse para hacer una ensalada o como relleno de calelones fríos, añadirles salsa y convertirlas en patatas guisadas, se pueden freír o asar como en el caso de las patatas asadas con chorizo, o se hacen puré.

Los restos de patatas fritas o asadas pueden convertirse en un guisado, añadiendo alguna salsa. Una segunda opción es machacarlas y hacerlas puré y servirlas como guarnición de otro plato o utilizarlas como se haría con los restos de puré.

Las patatas guisadas o las patatas hervidas pueden convertirse en un puré. Se retira la carne, o pescado, y se hace un puré con las patatas. Después se le puede volver a añadir la carne o pescado, limpio de piel y espinas, desmenuzados. Ese puré con tropezones puede aligerarse con caldo o leche y servirse como una sopa, o convertirse en un budín.

Hay muchas formas de aprovechar el puré de patata sobrante, además de lo obvio, que es utilizarlo para espesar un guiso o una sopa.

Es muy fácil hacer tortitas de puré de patata simples, o con algo más, como las tortitas de patata y queso, que también llevan huevo. En ambos casos, se pueden incorporar otras verduras al puré y así se pueden aprovechar dos tipos de sobras en un solo plato.

Un timbal de verduras en una especie de pastel a capas. Se prepara una fuente de horno con grasa y pan rallado. Se mezcla el puré de patatas con huevos batidos, y se forma una capa de puré en la fuente preparada, después se pone una capa de otras verduras, algo más fina, y se termina con una última capa de puré de patatas. Salpicamos la superficie con queso rallado, o con más pan rallado, y lo metemos al horno una media hora. También se pueden incorporar otros ingredientes, como queso rallado, al puré de patata para variar la textura y el sabor.

Para hacer un budín de verduras, mezclamos una vez más el puré de patata con huevo batido, incorporamos otros ingredientes, como más verduras, tiras de jamón cocido, y lo pasamos a un recipiente resistente al calor, también preparado con mantequilla y pan rallado. Tapamos bien y lo cocemos al baño maría, en una olla o en el horno.

El puré de patata sobrante se puede revivir mezclándolo cuidadosamente 1-2 claras de huevo batidas a punto de nieve y horneándolo hasta que quede esponjoso y la superficie empiece a dorarse, 15-20 minutos a 160-180º C para moldes individuales, añlrededor de 30 minutos para una fuente grande. Se convierte en un soufflé de puré de patata.

Un soufflé de verduras es más fácil de preparar de lo que podría pensarse. Es cierto que los más finos se hacen con bechamel, pero un soufflé con puré de patata como base no es de despreciar. Para hacerlo, mezclamos el puré de patata con las yemas, batidas, y los ingredientes que le darán sabor. Casi siempre queso y algo más, como brócoli o coliflor, pero también podría ser jamón cocido o pescado, cocinado o de lata. Al final incorporamos las claras batidas a punto de nieve, ponemos la mezcla en recipientes redondos individuales, preparados como siempre, con mantequilla primero y pan rallado. Los metemos en el horno a 160º C hasta que el soufflé haya subido, la superficie esté dorada y empiece a abrirse,15-20 minutos si son moleds individuales, 40 minutos o más para un molde grande.

Doble truco

Pueden hacerse soufflés de puré de patata magníficos sin yemas, añadiendo ingredientes con sabor y claras de huevo a punto de nieve. Es también una forma de aprovechar la clara de huevo pasteurizada sobrante.

Los soufflés se desinflan relativamente rápido, así que los comensales deben esperar al soufflé, nunca al contrario.

Las partes que no se cocinan

Las peladuras o tallos de verduras y hortalizas se pueden guardar en un recipiente en el congelador. Cuando esté lleno, se vuelca el recipiente en una olla y se llena con agua fría. Se condimenta con sal y granos de pimienta y se hireve suavemente esos restos durante 30 minutos. El resultado es un magnífico caldo de verduras.

En ese recipiente para caldo, ee pueden congelar puntas y peladuras de zanahoria, peladuras de otras hortalizas, puntas de judías verdes, trozos y hojas de apio y también los tallos de perejil, y otras hierbas.

Las patatas pueden hervirse con piel, si la tienen fina y sin defectos, para hacer ensaladas, ensaladilla o puré de patata. El puré de patatas con piel tiene una textura más basta, pero contiene también la fibra y los nutrientes que la piel de la patata aporta. No será el plato ideal para servir a los invitados, pero sí para una comida familiar de diario.

Las hojas y cogollos de lechuga que se han olvidado en el refrigerador pueden revivirse remojándolas en agua helada. Después se pueden hacer a la plancha, o a la parrilla, hasta que queden tiernos y empiecen a tostarse, aproximadamente 2 minutos por cada lado, y se sirven con algún aliño o salsa para mojar. También pueden usarse para hacer guisantes a la francesa o freirlas en mantequilla hasta que se ablanden y usarlas para hacer huevos revueltos o tortilla francesa.

Los tallos de brócoli, frescos o congelados, y añadirlos a una sopa de brócoli y queso azul. También se pueden cortar en láminas, picar o rallar e incorporarlos a salteados y platos de arroz o pasta. Es mejor si se cortan antes de congelarlos.

Los tallos de coliflor se pueden tratar de forma similar a los tallos de brócoli. Las hojas de coliflor son comestibles. Quedan muy bien cortadas en tiras y salteadas, como si fueran repollo, y servidas como guarnición de otros platos. También se pueden condimentar con especias y un poco de aceite de oliva asándolas hasta que empiecen a dorarse, unos 8 minutos a 180-200º C. Las hojas de coliflor tostadas pueden usarse en ensaladas, o pueden servirse como aperitivo acompañadas de una salsa para mojar.

Los tallos de repollo o lombarda pueden cortarse en juliana para convertirlos en vinagrillos.


Otras ideas

Lombarda en vinagre (receta rápida)

Puré de patatas al queso

Patatas aplastadas

Ensaladas

Paté de champiñones al vino

Paté de zanahoria

Tener salsa de tomate congelada es ideal para darle nueva vida a las sobras de verduras, transformándolas en deliciosos platos sin desperdiciar alimentos.


Verduras y hortalizas

Legumbres