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Como encontrar vinos excelentes sin salirse del presupuesto

Muchas personas creen que los vinos más caros son los mejores. Este no es siempre el caso.

A menos que uno sea el anfitrión en un evento muy importante, o que sea un conocedor de vinos con fondos ilimitados, la mayoría de las personas no escogen los vinos más caros a la hora de comprar el vino que se servirá en esa ocasión. Curiosamente, al mismo tiempo muchos albergan la idea de que cuanto mayor sea el precio, mejor será el vino.

Ciertos vinos alcanzan precios más altos simplemente debido a su historia o a sus éxitos pasados. Por ejemplo, un cierto vino puede haber tenido una cosecha extremadamente buena un año o dos, lo que hace que las botellas de esas vendimias particulares se aprecien más, especialmente si el viñedo ha sufrido algunas temporadas malas desde entonces. La escasez puede hacer que el precio suba.

Eso no significa que no se puedan encontrar buenas ofertas en el caso de los vinos excelentes. Las hay. Basta con saber cómo buscarlas.

Las puntuaciones que dan los expertos

Muchos críticos califican el vino antes de que sea embotellado. Si bien esta puntuación no es el criterio que excluye a todo lo demás en la cata de vinos, sí dibuja una buena imagen de cómo es el vino. Si se compara los vinos más caros con las botellas menos costosas, puede encontrarse que alguno de los vinos caros ha recibido una calificación alrededor de 88 u 89, que indica que es un vino muy bueno, mientras que alguno de los vinos de menor precio puede haber recibido una puntuación de 92 o 93, que indica que es un vino excepcional. Así que parece que uno no puede realmente juzgar un vino sólo por su precio.

Otros conceptos

Las puntuaciones que reciben los vinos no son más que una sugerencia de un crítico de vinos experto, y son subjetivas. Conviene considerar otros conceptos, hacer algunas averiguaciones y escribir algunas notas antes de ir a la bodega. Lo primero a tener en cuenta es el tipo de vino que se está buscando ¿Blanco o tinto? ¿Es un tempranillo, un merlot, un pinot grigio, o tal vez un riesling? Después es bueno averiguar algo sobre las regiones en las que se cultivaron las uvas y si produjeron alguna cosecha particularmente buena. Si no hay información sobre las vendimias, se puede investigar el tipo de clima que la región tuvo cada año, pues la temperatura y la humedad tienen un gran efecto en la calidad del vino.

Una vez que se tiene una idea general del tipo de vino que se desea comprar, es cuando se tienen en cuenta las puntuaciones otorgadas por los expertos, ¿por qué no probar algunas de las puntuaciones más altas en el rango de precios más bajos en lugar de escoger el vino a ciegas fijándonos solo en el precio? Existen numerosos catálogos y webs que listan las puntuaciones de los vinos y sus precios promedio. Basta con seleccionar algunos de los que figuran en la lista y anotar los nombres de los vinos antes de ir a la tienda.

Probar diferentes viticultores

Muchas personas tienen una etiqueta favorita, a la que recurren una y otra vez, pero si no se sale de la zona cómoda y se prueba el vino equivalente de otros viticultores, nunca se puede estar seguro que ese vino favorito es realmente el que más se disfruta. La mayoría de las veces, los productores de vino menos conocidos, que aspiran a convertirse en las nuevas estrellas de la industria, empiezan con precios bajos y se abren camino cada año. Probar los caldos de viñedos más pequeños es una excelente forma de ahorrar dinero y poder escoger los mejores vinos antes de que se conviertan en superestrellas.

Para redondear

Siempre se puede pedir ayuda. Normalmente, una bodega, vinoteca o tienda especializada cuenta con personas capacitadas que conocen muy bien las características de los vinos que tienen en sus estanterías. Pueden fácilmente sugerir algo nuevo dentro del rango de precios que se les proponga y guiar al indeciso hacia la senda que lo llevará hasta nuevos y emocionantes vinos para explorar. Si no hay experto, conviene empezar por los estantes inferiores y subir poco a poco. Los tesoros suelen estar enterrados y para descubrirlos es necesario cavar.