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Flúor

El flúor es uno de los minerales traza, y es tema de discusión. Gran parte de la polémica que le rodea se refiere a si los beneficios de añadirlo al suministro de agua potable municipal superan a las posibles consecuencias adversas, o viceversa. Como siempre, hay quienes piensan que las consecuencias son insignificantes, que las ventajas superan a los efectos secundarios, y hay quienes consideran que cualquier cantidad añadida es demasiado.

Aunque el flúor no se considere un mineral esencial, juega un papel importante en el mantenimiento de dientes y huesos sanos y fuertes. El flúor ayuda en la lucha contra la caries dental. Es por eso que aparece en la lista de ingredientes en muchas marcas de pasta de dientes. Dado que el ácido se come poco a poco el esmalte de los dientes, que es su capa protectora, al romperse esta protección las bacterias dañinas pueden entrar y crecer. Esta situación puede causar caries muy dolorosas. El flúor ayuda a que los dientes sean más resistentes a estos ácidos.

El flúor también juega un papel en el proceso de remineralización. Este es el proceso por el cual el organismo repone los minerales que se han perdido debido a su uso y eliminación, y es especialmente importante para el esqueleto. En el caso de los huesos, el flúor en realidad ayuda a prevenir a que la pérdida de minerales se produzcan. El flúor ayuda a que los huesos sean capaces de retener los minerales más eficazmente. Se cree que esta función juega un papel importante en la protección contra la aparición de la osteoporosis.

Cantidades recomendadas

No se ha establecido una cantidad recomendada para el flúor. El consenso general es que las cantidades adecuadas son de 1,5 mg/día para adultos y no más de 2,5 mg/día para los niños.

El flúor no se encuentra en muchos de los alimentos. Es por eso que se añade a la pasta de dientes, y se ha añadido al suministros de agua potable en muchos sitios. El uso de agua fluorada para cocinar es una forma de obtener este mineral. El té contiene flúor. Las conservas de pescado, incluyendo sus espinas comestibles, tales como el salmón o las sardinas, son también una buena fuente. Un dentista podría recetar un tratamiento adicional con de flúor, especialmente para los niños, si fuera necesario para proteger los dientes contra las caries.

El exceso de flúor, especialmente en los niños, puede conducir a una condición, que causa manchas en los dientes, llamada fluorosis dental. El síntoma principal es que los dientes empiezan a amarillear. Si el exceso de flúor no se corrige, puede hacer que los huesos, incluidos dientes, se vuelvan frágiles, más propensos a tener fracturas. Con el tiempo, los niveles excesivos de flúor también puede producir hipertiroidismo, una condición en la cual el cuerpo produce una cantidad excesiva de hormonas tiroideas. Gran parte del debate sobre la adición de flúor al agua se centra en los riesgos potenciales asociados con  el consumo excesivo.

La deficiencia de flúor

El signo más evidente de que una persona no está recibiendo suficiente flúor es la aparición de caries dentales, y cavidades, y un esmalte dental debilitado. La fragilidad ósea puede ser una indicación de falta de flúor. Si no se corrige esta situación, existirá una mayor probabilidad de padecer fracturas óseas y, posiblemente, incluso osteoporosis.