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Planificación

Planificar las comidas ahorra dinero, reduce las sobras, y evita tener que comida o la necesidad de salir a última hora.

La planificación es el primer paso de la buena organización y ambas dan muy buenos resultados en la cocina. Se debe empezar por planear los menús - desayuno, comida, merienda y cena - y escoger las recetas que se van a preparar. Una vez que se han planificados los menús, se puede hacer la lista de la compra, revisando bien la despensa y el refrigerador para no comprar ingredientes que ya teníamos.

Ya se haga la compra cada mes, cada quincena o semanalmente, lo mejor es escoger un día de la semana para revisar los menús. Es bueno tener presente el plan de comidas a la hora de cocinar, y mejor aun cuando está escrito, porque así no se olvida nada. Cuando se siguen los menús escogidos, se ahorra muchísimo tiempo y esfuerzo en el momento de trabajar en la cocina.

Por supuesto, se deben mirar los menús que se han planeado antes de comprar alimentos y productos frescos

Muchas personas escogen planear las comidas en ciclos de dos semanas, aunque hagan la compra semanalmente.  Una semana pasa muy rápido y cuando se planifican los menús semanales se acaba enfrente de la página en blanco antes de lo que se desea. Además, es más fácil equilibrar las comidas, y la dieta, a lo largo de dos semanas. Simplemente, no hay suficientes comidas en una sola semana para seguir todas las recomendaciones nutricionales. Planificar los menús para todo un mes resulta más complicado, no siempre hay espacio para incluir los alimentos de temporada, no se pueden aprovechar las ofertas inesperadas sin tener que hacer muchos cambios.

Al diesñar los menús, conviene tener presente como se pueden utilizar los ingredientes que sobran, y los restos de una receta, si los hubiera, en otra comida posterior. Por ejemplo, si se hace un pollo asado para comer el domingo, se puede poner ensalada de pollo para la cena del lunes, y utilizar la carcasa para hacer caldo de pollo y preparar una sopa para la comida del marte; incluso se podrían hacer unas croquetas de pollo para la cena del miércoles si quedaron muchos restos de carne pegados a la carcasa. Al planear las comidas escoger y las recetas hay que tener en cuenta las limitaciones que impone el equipo y los cacharros de cocina de los que se dispone. No se puede escoger pavo asado como el plato principal de una comida para 18 personas cuando en el horno no cabe un pavo de 5 kg.

Planificar las comidas y escoger las recetas que se van a hacer no sólo ahorra dinero y reduce la necesidad de tirar comida que sobra, sino que también es eficiente, ahorra tiempo, y evita la necesidad de salir a última hora a comprar algún ingrediente, comida ya preparada para comer en casa, o tener que comer fuera. Probablemente también mejora la salud, porque la comida rápida no tiene fama de ser particularmente sana y puede ser perjudicial cuando se convierte en un hábito.

Libro de cocina y recetas, dibujo.

En las familias, es normal que muchos coman fuera de casa al medio día, ya sea en el colegio o en el trabajo. Esto hay que tenerlo en cuenta para equilibrar la dieta. Quienes llevan la comida de casa no tienen problemas, sus comidas ya entran en el plan general. Los colegios suelen publicar los menús por anticipado y también las empresas que tienen cantinas suelen hacerlo, así se puede pensar en platos que los complementen para servir en casa.  Quienes no se llevan la comida y tienen que salir comer fuera del trabajo podrán elegir mejor si saben lo que se va a servir en casa para la cena.


Las comidas más fáciles de planear son los platos únicos; las comidas que se pueden servir en un solo plato, como  la combinación de proteína, una o dos verduras, y un almidón; o las combinaciones conocidas y probadas como sopa de primer plato y carne con patatas de segundo.


Conviene distribuir el trabajo entre varios elementos siempre que se pueda. Se puede estar preparando una sopa en el fogón, mientras la carne se asa en el horno y se cuecen las verduras que se servirán como guarnición en el horno de microondas. Pensar en servir dos platos seguidos que necesitan hacerse en el horno a temperaturas muy diferentes y no puedan prepararse a la vez son ganas de buscarse problemas.