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Quesos españoles

Descubre el sabor auténtico de España a través de sus quesos.

Desde las suaves y cremosas texturas del queso de Burgos hasta el intenso y profundo sabor del Cabrales, España ofrece una paleta de sabores queseros tan diversa como su cultura. 

Breve historia del queso en España

Vamos a emprender un viaje a través del tiempo para conocer la evolución histórica del queso español ya que, desde tiempos ancestrales hasta la modernidad, el queso ha sido un elemento fundamental en la dieta española, evolucionando a través de las influencias de diferentes culturas y técnicas de producción. 

En la antigüedad

Los primeros indicios de producción quesera en la península ibérica datan de las culturas pre-romanas, donde se utilizaban métodos rudimentarios para cuajar la leche.

Con la llegada de los romanos, la técnica quesera se refinó, introduciendo métodos de prensado y maduración que sentaron las bases de muchas variedades actuales.

La Edad Media

La convivencia de cristianos, musulmanes y judíos en la península aportó una rica diversidad en la elaboración de quesos, con cada cultura aportando sus propias técnicas y sabores.

Los monasterios jugaron un papel crucial en la conservación y perfeccionamiento de las técnicas queseras durante la Edad Media.

Siglos XVI al XIX

Durante estos siglos, la producción de queso se expandió por toda España, y algunos quesos comenzaron a ser reconocidos por sus características únicas, ligadas a su región de origen.

La mejora en las técnicas de producción y conservación permitió una mayor durabilidad y calidad del queso.

Siglo XX y modernidad

El siglo XX vio la creación de denominaciones de origen para proteger y promover los quesos regionales, asegurando la calidad y autenticidad.

La combinación de métodos tradicionales con innovaciones tecnológicas ha permitido que la industria quesera española prospere, manteniendo la calidad y el sabor característico de cada queso.

La evolución del queso español

La historia del queso en España es un reflejo de su historia y cultura, una fusión de tradiciones, sabores y conocimientos que han dado lugar a una de las ofertas queseras más ricas y variadas del mundo. Cada queso cuenta una historia, cada bocado es un viaje a través del tiempo.

Tipos de queso

España, con su diversidad geográfica y cultural, ofrece una impresionante variedad de quesos, cada uno reflejando las características únicas de su región. Desde los verdes pastos de Asturias hasta las áridas tierras de La Mancha, cada tipo de queso cuenta la historia de su tierra y su gente.

Quesos blandos y frescos

De Galicia llegan el queso artesano gallego y el queso de tetilla, que se elaboran con leche de vaca, y son quesos mantecosos, se funden bien y se pueden servir como postre o usarlos en la cocina. Aunque se pueden encontrar en toda época del año, su temporada mejor es de octubre a abril. El queso de tetilla, conocido por su forma cónica, es un queso suave, cremoso y ligeramente ácido. Madura durante un mínimo de 7 días.

El queso de La Cavada o el queso de Cobreces son quesos blandos de nata, hechos con leche de vaca, en Santander. Y de esa región también viene el queso pasiego, fresco y tierno.  

El queso de Burgos es fresco, blanco, muy tierno y muy blando, y en Valladolid se hace el queso de Villalón, que es similar al de Burgos pero un poco más sabroso y más firme. Como ambos contienen muy poca grasa son populares en las dietas de pérdida de peso. También pueden utilizarse para hacer postres.  De la provincia de Burgos también es famosa la cuajada de Briviesca.

El queso manchego fresco es también delicioso. Es más consistente y tiene más sabor que el queso de Burgos o el de Villalón. Se elabora con leche de oveja manchega, posee una textura firme y un sabor rico y ligeramente picante. Su maduración varía de 30 días para quesos frescos hasta 2 años para los quesos curados.

El queso majorero es un queso de cabra blando que se hace en Fuerteventura. En Lanzarote también se hace un excelente queso de cabra blando.

El requesón se hace con el suero de leche que queda al hacer quesos de pasta blanda. Tiene color blanco, textura blanda y granulosa, y sabor suave. Se suele comer de postre, con azúcar y canela, y también se utiliza en ensaladas y para hacer postres.

El recuit es un tipo de requesón artesanal que se hace en el Ampurdán, puede ser de leche de vaca o de leche de cabra. Se suele comer de postre, sólo o con azúcar, miel, mermelada, confitura, fruta, dulce de membrillo, o chocolate.

El mató catalán es un queso fresco, similar a un requesón que no lleva sal. Se consume fresco, sin tiempo de maduración. Es suave y ligeramente dulce. Tradicionalmente se come de postre con miel.

El requeixo gallego es un queso fresco, cremoso, y con una textura granulosa que recuerda al requesón, pero se hace por fermentación de la leche, no a partir del suero. Sabe a leche fresca, ligeramente ácida. Se toma como postre con miel o azúcar, y también se utiliza mucho en repostería.

Quesos duros españoles

El queso tupí, de leche de oveja, o el Llenguat , que se hace con leche de oveja o de vaca, son algunos de esos quesos artesanos. Vienen del Pirineo Catalán, pero lo que les le da su sabor particular es que fermentan en vasijas de barro, y se les puede añadir aceite y licor.

El famoso queso de Cabrales es un queso azul que se elabora en Asturias con leche de vaca sin pasteurizar, o con una mezcla de leche de vaca, cabra, y oveja. Madura naturalmente  en las cuevas naturales de los Picos de Europa, o en habitaciones acondicionadas a baja temperatura y alto grado de humedad, y orientadas al norte, similar a las cuevas. Tiene una textura suave, y un sabor fuerte y punzante. Se toma de postre, acompañado de sidra, pero también es bueno para untar. 

El picón es otro queso azul que se elabora en Cantabria, en el norte de España, que ahora se comercializa bajo la denominación de origen de Picón de Bejes-Tresviso.

El queso San Simón es un queso ahumado de leche de vaca no pasteurizada que se produce en Galicia. Tiene una forma de cúpula característica con una corteza de color tostado. Tiene sabor fuerte a ahumado. Se desmorona fácilmente. Se puede servir como aperitivo o como postre.

El Idiazábal es otro queso curado al humo, pero se hace con leche de oveja. Se reconoce por su corteza de color naranja. Tiene una textura muy compacta y sabor fuerte y ligeramente ahumado. Madura durante varios meses. Es uno de los quesos más conocidos fuera de España.

El Roncal se hace en el valle del mismo nombre a partir de leche de oveja. Tiene también un sabor fuerte.

El queso zamorano se hace con leche de oveja. Es firme y ligeramente picante. Madura de 6 a 12 meses.

El queso manchego se hace en La Mancha con leche de oveja. Se encuentra fresco o curado en diferentes grados.  Hay manchego en aceite y manchego añejo, que tiene un sabor y un aroma muy penetrantes. Se sirve como aperitivo, tapas, bocadillos, primer plato, postre, y se usa en la cocina.

El queso de Mahón es suave y cremoso, apto para la cocina, aunque también sirve como postre. Tiene forma cuadrada y chata. Tiene un sabor salado, ligeramente picante. Madura entre 2 y 12 meses.

Queso de cabra de Santa Gadea y queso manchego de oveja.

Maridajes

El queso español no solo es delicioso por sí solo, sino que también puede realzar otros alimentos y bebidas cuando se combina adecuadamente. En esta sección, descubrirá sugerencias de maridajes con vinos y otros alimentos, así como recetas tradicionales y modernas que incorporan el queso español como ingrediente estrella.

Queso manchego y vino tinto:  Un clásico queso manchego combina maravillosamente con un Tempranillo robusto, resaltando la riqueza del queso y la profundidad del vino.

Queso cabrales y sidra asturiana: El intenso sabor del Cabrales se equilibra perfectamente con la frescura y la acidez de una sidra asturiana tradicional.

Queso idiazábal y vino blanco: Al emparejar este queso ahumado con un vino blanco seco, como un Verdejo, para un contraste de sabores que realza ambos.

Queso de tetilla y albariño: La suavidad de este queso gallego se complementa con la frescura y el carácter frutal de un Albariño gallego.

Se puede experimente con maridajes menos tradicionales, como quesos españoles con cervezas artesanales, mermeladas, o incluso chocolate.

Platos que se pueden hacer con quesos españoles

Una tapa de queso manchego semi-curado con membrillo - Una combinación clásica de sabores, donde la dulzura del membrillo complementa la textura y el sabor del Manchego.

Croquetas de queso cabrales - Unas croquetas cremosas con un toque del potente sabor del queso cabrales, perfectas como aperitivo o tapa.

Ensalada con queso de cabra y nueces - Una ensalada fresca y ligera que combina la textura suave del queso de cabra con la textura crujiente de las nueces.

Pintxos de queso idiazábal con pimientos - Pequeños bocados que combinan el sabor ahumado del Idiazábal con la dulzura de los pimientos asados.

Tarta de queso con queso de tetilla gallego - Una versión gallega de la tarta de queso, utilizando el suave y cremoso Tetilla para un postre único.

Los quesos españoles ofrecen una versatilidad y un sabor que pueden transformar cualquier comida ordinaria en una experiencia gastronómica de alto nivel. 


Se elaboran muchos quesos blandos artesanos regionales que desgraciadamente no se venden comercialmente, por su corta duración y por las exigencias de etiquetado y presentación. Algunos se comercializan dentro de su región y sólo unos pocos alcanzan el mercado nacional.

También existen cientos de variedades de quesos curados y semi-curados que se elaboran artesanalmente y no se comercializan.