Pasar al contenido principal

Quesos mexicanos

Cuando se dice queso, la mayoría de la gente va a contestar Francia, tal vez Italia o España, a veces Alemania o Grecia. Rara vez va a ser México la primera imagen que venga a la mente. Sin embargo, México tiene una gama de quesos autóctonos que son una adición maravillosa, e incluso refinada, al mundo del queso. En algunos casos son similares a los tipos de queso  más conocidos. En otros casos son tan diferentes a los quesos populares como lo son los propios países de origen.

El queso de Chiapas es un ejemplo de queso tradicional mexicano. Se desmiga como el feta griego, y tiene un sabor deliciosamente ácido que funciona de maravilla con las judías.

El Chihuahua, con el mismo nombre que el Estado en México, es perfecto para los platos que necesitan queso derretido. Tiene una amplia variedad de usos, aparte de ser popular en la fondue mexicana;  sí, eso no es sólo un plato suizo. El queso frito es otro de los métodos de preparación preferidos.

El Cotija hace un contraste agudo. Este queso se elabora con leche de cabra vieja; la leche, no la cabra. Pero a diferencia del queso ricotta que es algo soso, este es fuerte y picante. A menudo aparece rallado sobre ensaladas, pero añadirá buen sabor a cualquier plato.

El queso criollo es un queso de color amarillo fuerte que proviene de un área cerca de Taxco, en el estado de Guerrero. Similar en color y sabor a un queso Münster, pero tiene un toque de sabor distintivo que lo sitúa aparte del queso más familiar. Funciona igual de bien rallado que derretido, y realzará cualquier plato mexicano que pida un queso amarillo.

El queso enchilado puede tener un nombre corriente, al fin y al cabo significa "con sabor a chili,” pero el sabor no es corriente en absoluto. Un tipo de queso añejo, se deja envejecer condimentadas con pimentón o chile molido. Va bien con una gran variedad de cervezas mexicanas, sin olvidarnos de la Michelada excepcional. Una Michelada es una mezcla de cerveza, salsa tabasco, salsa de soya, salsa inglesa, y lima.

El queso fresco es un queso cremoso que resulta ser el remate picante perfecto para muchos platos mexicanos. Las enchiladas se benefician de esta cualidad, y una empanada sería una creación menor sin queso fresco.

El queso de Oaxaca puede tener un nombre poco conocido, pero muchos de los que han disfrutado de unas quesadillas, degustaron este queso fibroso, sin saberlo. Se trata de la versión mexicana de la mozzarella, es perfecto en una tlayuda. Las tlayudas son un plato tradicional mexicano hecho con una tortilla de maíz gigante cubierta, con frijoles refritos y asiento, que no es más que carne de cerdo, lechuga y queso de Oaxaca. Cuando se sirven llanas por lo general se enrollan en una bola, como si fuera un ovillo grande, pero mucho más sabrosa.

El queso blanco es un queso blanco, blando y cremoso, que se puede extender fácilmente sobre el pan. Al igual que el queso crema, es suave y es joven. Es justo el queso ideal para un pequeño aperitivo con tortilla a la plancha.

Sea cual sea la variedad de queso que se prefiera, seguro que se encontrará un queso mexicano que se adapte a su gusto. Ya sea como guarnición, como ingrediente en la cocina y particularmente la cocina mexicana, o simplemente como aperitivo, hay un queso mexicano perfecto para cada ocasión.