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Suplementos nutricionales

Los suplementos nutricionales son preparados que contienen algunos de los nutrientes esenciales para nuestra salud. Se necesitan suplementos nutricionales cuando la dieta normal no proporciona las cantidades necesarias de los nutrientes esenciales. No todo el mundo los necesita y no deben tomarse a la ligera.

Un suplemento, por definición, es algo que acompaña a algo esencial, no algo que es completo por si mismo. Ahora que, ya sea debido a un estilo de vida demasiado ajetreado, o a un trastorno genético, o fisiológico, individual, hay quienes pueden beneficiarse de un suplemento nutricional. Hay ocasiones en las que la dieta no suministra las cantidades requeridas de nutrientes, aun cuando se haga un esfuerzo sincero para comer adecuadamente.

Todo el mundo necesita una cierta cantidad mínima de productos bioquímicos vitales, y la proporción necesaria varía en un rango muy estrecho para casi todas las personas. Además, debemos tener en cuenta el estilo de vida. Algunos se ven obligados a una vida más sedentaria a causa del trabajo y la vida familiar, otros tienen rutinas de ejercicio riguroso.

Es importante remarcar que cada individuo es único y por lo tanto requiere una cantidad de nutrientes que difiere ligeramente de la que puedan necesitar otros individuos. Para muchos, una píldora diaria de un complejo vitamínico general será suficiente para suministrar cualquier cantidad necesaria de que no se pueda obtener a través de la dieta puesto que nuestro organismo tiene la capacidad, en la mayoría de los casos, de absorber lo que se necesita y desechar el resto. Para otros, será necesario añadir sólo cantidades bien medidas, o tipos específicos de nutrientes, como requisito para su buena salud.

Las vitaminas del complejo B son esenciales para todos. Pero la cantidad apropiada varía dependiendo del peso y la fisiología de cada uno, y estilo de vida. Por ejemplo, se recomienda que las mujeres tomen un suplemento de ácido fólico (vitamina B9) durante los primeros meses del embarazo, y algunos meses antes, si es posible, para prevenir el problema de la espina bífida.

La vitamina C se elimina a través de la orina cuando se consume en cantidades excesivas. Pero lo que es exceso un día puede no ser suficiente el siguiente, y puede ser necesario un suplemento para cubrir ese déficit.

La vitamina C previene la aparición del escorbuto, que una vez fue un gran problema pero raramente lo es hoy en día en los países desarrollados. Hay evidencia de que la vitamina C ayuda a estimular el sistema inmunológico, dando lugar a un menor número de resfriados e infecciones. Aunque reivindicaciones anteriores a este respecto exageraron los hechos, la vitamina C sigue siendo un elemento necesario y puede tener sentido añadir un suplemento a la dieta en el caso de personas susceptibles a este tipo de enfermedades.

Muchas personas, a medida que se hacen adultos, consumen mucho menos calcio. Hasta cierto punto, eso es normal y saludable. Los adultos jóvenes no requieren, ni de lejos, las cantidades que fueron necesarias cuando eran bebés, o niños pequeños, creciendo continuamente. Pero la curva vuelva a recuperarse más tarde en la vida, ya que los huesos pierden parte de su capacidad para absorber la cantidad apropiada de calcio, puede ser necesario un suplemento. Para muchas personas que no toman productos lácteos porque son intolerantes a la lactosa, o simplemente no soportan el sabor de leche de vaca o leche de cabra, tomar calcio en forma de un suplemento es la forma de conseguir ese mineral esencial.

Los ácidos del tipo omega-3 son ácidos grasos esenciales que ayudan a reducir la inflamación y prevenir enfermedades del corazón, por nombrar sólo dos de sus beneficios. Pero el pescado, una de las principales fuentes de estos ácidos en la dieta, no es del gusto de todos. También se da el caso, a veces, de que el suministro local de pescado no está asegurado, ya sea temporalmente o en general. En estas circunstancias, un suplemento nutricional que contenga este tipo de ácidos, podría ser una excelente alternativa.

Hay suplementos que pueden ayudar a equilibrar las deficiencias hormonales que muchas mujeres, y algunos hombres, sufren. Hay cierta evidencia de que la soja puede suavizar ciertos desequilibrios hormonales, y ayudar a reducir el síndrome premenstrual, o los síntomas de la menopausia, en las mujereas. También hay suplementos útiles para los desequilibrios de la tiroides.

El cortisol es otro ejemplo. La mayoría de la gente produce cortisol en la cantidad adecuada, pero algunas personas tienen una deficiencia, a causa de una glándula por una enfermedad, la edad, o una condición genética. Las personas con un nivel bajo de cortisol pueden sentirse fatigados, y sufrir dolores en las articulaciones, además de otros síntomas. Un suplemento que les ayude a conseguir los niveles adecuados puede ser algo positivo en su caso, y suponer una gran diferencia en el tipo de vida que puedan hacer.

No olvidemos que hay que tener cuidado. Algunos suplementos tienen riesgos. Hay hierbas que pueden interferir con la medicación habitual, particularmente con los medicamentos para controlar la presión arterial, o que alteran la sensibilidad del organismo ante ciertos estímulos, por ejemplo la reacción de la piel bajo la luz del sol, produciendo inflamación, e incluso quemaduras. El ginkgo, por ejemplo, puede producir hemorragias en algunas personas aunque sea beneficioso para otras.

Los suplementos nutricionales pueden ser la diferencia entre una salud mediocre y óptima en ciertos casos, pero conviene consultar a un especialista, incluso puede ser necesario someterse a pruebas rigurosas, antes de tomar cualquier cosa más que una pastilla de vitaminas. Necesitamos saber que ese suplemento es necesario y seguro en nuestro caso particular.