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Té verde

¿Saludable, rico y sabio?

No siempre somos tan afortunados de que algo que se disfruta sea a la vez bueno para salud ¡Qué suerte de que el té verde se adapte tan bien a ese doble papel!

Se ha hablado mucho de las bondades del té verde. Existe amplia evidencia de que, consumido con moderación, el té verde es beneficioso para la salud. Algunos de estos beneficios se conocen desde hace más de mil años.

Los poli-fenoles, flavonoides e incluso la cafeína (en cantidad moderada)  presentes en el té verde se conocen por contribuir a la eficacia de los mecanismos de protección en nuestros organismos. El té verde ayuda a reducir el colesterol, el tipo malo, absorber los radicales libres que pueden dañar las membranas celulares y reducir la posibilidad de padecer ciertos tipos de cáncer.

Aunque no tiene reconocimiento oficial, hay muchos estudios que dan la razón a los que hablan de los beneficios del té verde. Claro que el té negro también aporta casi los mismos beneficios. Pero el té verde tiene muchas virtudes que van más allá de su función medicinal. Sabe bien y resulta una forma relajante y placentera de combatir la ansiedad de la agitada vida moderna.

Al igual que el té negro o el oolong, el té verde proviene de las hojas de un árbol de hoja perenne de cuyo nombre científico es camellia sinensis. Las hojas se cosechan y después se procesan. Pero a diferencia del té negro, las hojas de té verde no sufren un largo proceso de oxidación.

En su lugar, hojas de té verde se calientan al vapor, y así retienen los antioxidantes del tipo GEGC, galato de epigalocatequina. El té negro y el de tipo oolong experimentan una especie de fermentación que convierte el GEGC en otros compuestos. La "fermentación" del té, a pesar de que se use la misma palabra, no es un proceso similar al de la elaboración del vino. Ningún azúcar se convierte en alcohol. Es simplemente un sinónimo de oxidación, más o menos.

Como resultado, el sabor del té verde es mucho más delicado. Su aroma y su gusto retienen mucho más de la calidad "vegetal" del arbusto original. Los bebedores de té en todo el mundo pueden disfrutar ese sabor refinado en un centenar de variedades.

El té Jing largo de Hang Zhou, en China, se seca en una plancha y parece plano, a menudo se presenta con el nombre de Dragon Well. Este té verde es una de las bebidas más corrientes en China. Sin embargo, a pesar de todo lo que tiene de común y corriente, resulta un brebaje fino y delicado. El Gyokuro, también conocido como rocío de gema como consecuencia de su color, es otro té verde fino que viene de China.

El Ryokucha de Japón es un té verde tan común allí que una forma de la palabra (ocha) se usa frecuentemente para decir simplemente “té" en vez de decir el nombre real. Los conocedores consideran que el té verde de la región de Uji de Kyoto está entre los más finos. El Matcha es un té verde en polvo que una vez fue usado exclusivamente en ceremonias de té. Ahora es tan popular en todo Japón, y muchos en otros lugares, que aparece en helados y otros dulces.

El té Gunpowder, una pólvora que no tiene nada que ver con el explosivo, es otra variedad popular. Las hojas se enrollan en pequeñas bolitas, y el resultado es una infusión muy intensa. Sus tonos de moscatel lo convierten en un brebaje maravilloso.

Incluso hay un té verde al estilo Earl Grey. Aunque no tenga un sabor tan embriagador como el tipo de té negro de ese nombre, más común, el aceite de bergamota combina bien con el té verde.

Así que es hora de que los que siempre han sido bebedores dedicados de té negro amplíen sus horizontes. Puede que beber té verde no les haga ricos, pero está rico y es saludable ¿Y no es esto, entonces, algo muy sabio?

Taza con una bolsa de té verde en infusión.

Para preparar una infusión excelente, puede calentarse el agua hasta que hierva y después esperar un minuto antes de echarla sobre el té verde.