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Weizenbier, la cerveza de trigo

Las recetas de cerveza de trigo son tan antiguas como Babilonia, donde a menudo se utilizaba el grano de trigo para hacer un brebaje embriagador. La Edad Media vio el nacimiento de muchas formas nuevas, pues entonces se consideraba como la bebida de la nobleza. La mayoría de las cervezas de la época eran oscuras y consumir esta cerveza blanca (weissbier) era, por lo tanto, un signo de distinción.

Del mismo modo, la tradición bávara de elaboración de la cerveza se remonta siglos atrás. La famosa Reinheitsgebot, la ley de pureza alemana establecida en 1516, continúa hoy en día controlando la forma en la que se debe hacer la cerveza en este centro universal de producción.

Malta, lúpulo, levadura y agua son los únicos ingredientes permitidos bajo esta ley tan antigua. Los conservantes no están permitidos, y tampoco los aromas frutales. Y cuando se habla de malta, lo más normal es asociar esta palabra con cebada. Pero hay otro tipo de asociación, menos común pero igualmente encantador, trigo.

En la edad media, la nobleza hizo buen uso de la ley, y en sus fábricas cerveceras de la corte, o en aquellas de las abadías, donde monjes que dependían de su buen favor, se produjo la cerveza de trigo para su exclusivo. Afortunadamente, hoy en día todo el mundo puede disfrutar de esta bebida fermentada. Y no existe mejor lugar para hacerlo que Baviera.

La weizenbier, o cerveza de trigo, de Edelweiss es casi tan antigua como la ley de la pureza misma. Aunque Edelweiss es parte de Austria, sigue las normas de la Reinheitsgebot. En la cerveza, se utiliza el doble de trigo que cebada, lo cual le da a la cerveza resultante un sabor suave y ligero. Con una cuidadosa adición de lúpulo, esta bebida de color miel es ligeramente dulce, con un aroma delicado.

El trigo Edelweiss tiene muchas variedades, tales como la Kristallklar (cristal claro) que ayuda a filtrar la levadura sobrante. La cerveza de trigo es turbia por naturaleza, y algunos encuentran esta textura nublada desagradable. El trigo Kristallklar, al filtrar la levadura, produce un brebaje con la claridad y transparencia del champán fino, aunque sea una cerveza con un sabor no tan tradicional.

Una variante más común es la Hefetrüb, con su aspecto de día nublado y su maravilloso sabor a levadura. Si se acompaña con una rebanada gruesa de pan caliente, uno puede obtener la cantidad diaria recomendada de cereales sólo con esta combinación.

Incluso hay una variedad de trigo oscura, la Dunkel, que deja gran cantidad de levadura en la botella. Aquellos que prefieren un poco menos levadura, deberán verter la cerveza muy lentamente, o filtrarla. Los que deseen disfrutar plenamente de la explosión de sabor, deberán verter alrededor de dos tercios de la bebida, hacer girar el líquido en la botella para mezclarlo con la levadura, y a continuación verter el resto.

No sólo son deliciosas, sino que también son saludables. Todas las cervezas de trigo son ricas en vitamina B2, y contienen flavonoides. Varios estudios sugieren que estos compuestos, junto con el alcohol, proporcionan numerosos beneficios. Pero casi todo el mundo está más interesado en su delicioso sabor.

Los posibles beneficios para la salud no fueron la razón que hizo al elector de Baviera promulgar en 1603 el mandato de que el trigo se utilizaría para hacer cerveza. Tampoco necesitamos hoy una ley para inducirnos a probar esta bebida divina.