Dulces para tu dulce amor
Sí, el cliché en ese título se encuentra entre los esfuerzos literarios más antiguos, mundanos y poco imaginativos. Sin embargo, la tradición detrás de este día todavía está fresca y vibrante. El Día de San Valentín sigue creciendo, pasando de ser solamente el día de los enamorados a un día en el que celebran también el cariño y la amistad.
Algo dulce es el mejor regalo que se puede dar como muestra de aprecio a nuestras personas queridas.
Los dulces son un regalo muy popular para el Día de San Valentín. Pueden seleccionarse considerando las preferencias individuales de quienes los van a recibir y siempre puede incluirse una tarjeta que exprese los sentimientos motivo del regalo.
Los dulces se han considerado como el mejor regalo comestible, desde hace cientos de años invariablemente, y siempre son bienvenidos como muestra de cariño y agradecimiento.
Los chocolates, y otras deliciosas golosinas, son regalos simbólicos y exquisitos. Con moderación, incluso pueden ser saludables. Un regalo no puede ser mejor que eso. El principal valor del chocolate es que sabe muy bien. No hace falta sentirse culpable por disfrutarlo este día, solamente lo celebramos una vez al año. Además, los obsequios dulces tienden a ser consumidos por algunas personas más que el destinatario.
Las fresas son sabrosas, saludables y encajan perfectamente con el tema del Día de San Valentín. Son rojas, casi tienen forma de corazón y, a menudo, se asocian con delicias sensuales. También se pueden compartir. Si se encuentran fresas maduras, no son una mala idea para un regalo de San Valentín.
La fruta puede ser un regalo dulce y saludable. Pero no se trata de regalar una caja de manzanas. Lo mejor es escoger una selección de frutas y presentarlas con un envoltorio imaginativo o en una cesta de regalo. La fruta se puede combinar con unas flores, unos bombones o ambos. También se puede i poner en la cesta cosas que provoquen sentimientos dulces, como un animal de peluche. Así tendrá muchas más posibilidades de sea todo un éxito.
Más allá del deleite que aportan al sentido del gusto y la estimulación de los centros del placer en el cerebro, los dulces tienen estilo. Incluso las manzanas antes mencionadas pueden convertirse en un regalo estiloso y sofisticado si se recubren con caramelo o chocolate.
El estilo puede ser inherente tanto a los dulces mismos como a la forma de presentarlos. Una caja de bombones puede contener una selección tradicional, pero no tienen por qué estar empaquetados simplemente en una caja de color rojo, aunque tenga forma de corazón. La caja se puede decorar con cintas, telas o encaje. O bien, los dulces pueden descansar en una canasta tejida a mano y hecha con fibras de plantas sostenibles originarias de algún lugar especial.
¿Quién se imagina un ramo hecho de finas trufas en lugar de delicadas rosas? Se puede hacer, pero habrá que ver si el bolsillo lo permite, porque las trufas no son baratas.
Tal vez esa persona querida prefiera las galletas. Se pueden presentar en una lata de estilo clásico, como las de los tiempos de la tatarabuela en 1900 ¿Quién dice que no se puede combinar un regalo delicioso con la nostalgia? Después de todo, el Día de San Valentín se trata de sentimientos.
De hecho, ese regalo del Día de San Valentín podría ser para la abuela. Hoy en día se aprovecha el día de los enamorados para hacer regalos a personas queridas de todo tipo, incluyendo amigos y familiares. Incluso podría aprovecharse para ofrecer una disculpa si se nos pasó el día de la madre o el día del padre el año anterior. Cualquier persona apreciará la consideración y el cariño que se dedicaron para elegir unos caramelos o unos pastelitos.
También se puede pensar en ese amigo o ese compañero que es genial. Algo como un ramillete de dulces queda bien. No son flores reales, aunque también se podrían incluir. Este tipo de regalo es una oportunidad para decir gracias de una forma verdaderamente única.
Dulce, elegante, sentimental… ¿Cuántas oportunidades hay de dar un regalo así?
No hay comentarios