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Accesorios para la barbacoa

Se deben elegir las herramientas que mejor se adapten al tipo de barbacoa que se tenga y a la forma personal de cocinar.

Tener las herramientas adecuadas para la tarea a realizar facilita el trabajo y hay muchos accesorios que hacen que cocinar sea un placer en lugar de una tarea engorrosa. Sin embargo, hay que diferenciar entre lo que es esencial y lo que simplemente apetece tener.

Herramientas útiles para la barbacoa y la parrilla

Mucho depende del tipo de barbacoa que piense cocinar en cada caso. Pero hay una lista de herramientas que la mayoría de los cocineros de barbacoa usan frecuentemente.

Las brochetas son prácticas para hacer ese tipo de comidas, brochetas, pinchos y kebabs y esenciales para cocinar alimentos a los que hay que darles la vuelta frecuentemente. Un buen par de pinzas complementa el conjunto. Buenas pinzas significa que deben ser fáciles de agarrar, debe ser difícil que se resbalen en la mano y no debe haber la más mínima posibilidad de que se calienten tanto que quemen la mano. Los materiales modernos han conseguido resolver estos problemas.

Sin embargo, los guantes para horno seguirán siendo útiles en la mayoría de los casos. Es muy fácil tocar la parrilla y las piezas de metal caliente por accidente, así que usar guantes es algo sensato. Dado que hay platos calientes, comida caliente y piezas de la barbacoa calientes, deberían ser obligatorios.

Los cestillos metálicos son útiles si se cocina pescado o se desea darle la vuelta a una loncha de jamón sin usar pinzas. Hay algunos especialmente diseñados para cocinar verduras. Si se cuenta con este tipo de cestas metálicas, se puede preparar una comida equilibrada y saludable al aire libre de forma muy cómoda.

Termómetros

Usar un termómetro para medir la temperatura de la comida en el horno y la del horno es una práctica establecida. Estos instrumentos permiten que los cocineros pongan un poco de ciencia en su arte.

El termómetro de carne tradicional es una varilla de metal con un dial analógico. Se inserta en la carne, se espera un minuto y se lee la temperatura. Los buenos cocineros son capaces de juzgar el sabor y el punto del  producto de esta forma. Si bien es un método efectivo, tiene algunos inconvenientes.

La mayoría de los cocineros dejan abierta la tapa del ahumador o barbacoa cerrada mientras miden la temperatura. El calor se escapa calor y se altera el tiempo de cocción y la uniformidad con la que se cocina la pieza, especialmente con los cortes de carne más gruesos. El horno y la carne se enfrían, lo que requiere que la temperatura vuelva a subir al nivel que tenía antes de abrir la tapa.

Afortunadamente, la tecnología viene al rescate. Los termómetros modernos evitan ese problema. Se construyen con materiales resistentes al calor del horno, tienen pantallas de lectura instantánea y, los modelos más avanzados, transmisión inalámbrica.

La ciencia de los materiales ha avanzado hasta el punto de que se pueden usar aleaciones de metal y plásticos que no se funden para hacer termómetros para barbacoa. Se abre la tapa, se inserta el instrumento, luego se cierra la tapa y se espera un minuto. El instrumento no se destruirá por calor.

En algunos modelos, las mediciones también se hacen con mayor rapidez. Un buen termómetro para carne puede absorber el calor mucho más rápido y transferir la información a la pantalla casi instantáneamente. Se inserta el dispositivo, se lee la temperatura y se extrae. La tapa solo tiene que estar abierta durante unos segundos.

Algunos fijan el valor medido en la pantalla de forma que el resultado no se altera al sacar el termómetro y se recuerda hasta que se inicialice el termómetro otra vez. No hace falta tratar de leer el número mientras se mantiene la cara sobre una parrilla caliente.

Algunos modelos más avanzados incluso tienen una sonda que se puede insertar en la carne en cualquier momento y transmitirá los datos a una pantalla a una distancia de varios metros. Uno puede sentarse en su sillón favorito al aire libre, tomarse una cerveza y mirar de vez en cuando el monitor en la mesa.

Cualquiera que sea tipo de termómetro, hay formas de usarlo más eficientes que otras.

El termómetro debe insertarse en la parte más gruesa de la carne para obtener la mejor lectura. Así no habrá carne quemada por fuera, pero cruda por dentro.

Se debe evitar que el termómetro haga contacto con los huesos, ya que pueden absorber el calor en mayor grado, en ambos sentidos de la palabra, que la carne. El hueso puede alcanzar una temperatura más alta que la carne y conservan el calor que absorben durante más tiempo.

Lo ideal sería medir tanto la temperatura en diferentes puntos de la carne, como la temperatura interna de la barbacoa, si está cerrada. Las barbacoas que tienen un termómetro en la tapa facilitan esta última tarea. De esa manera, se sabe con certeza dónde colocar los cortes que deben hacerse lentamente y los que se deben cocinar rápidamente. Medir la temperatura en varios puntos de la carne permite comprobar si se está cocinando uniformemente.