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Cocinar creativamente con los alimentos básicos de la despensa

Echemos un vistazo a lo que pueda haber en la despensa o refrigerador y veamos qué nuevas ideas se pueden formular.

En casi todos los hogares se guarda un buen surtido de ingredientes básicos de los que se puede echar mano los días que hay un imprevisto. El tipo de ingredientes que se guarden, depende del estilo de cocina y del gusto personal. Se trata de tener algo que sirva para preparar una comida completa ese día que se nos olvidó descongelar el pollo.

Es hora de hacer examen de despensa. ¿Qué hay allí? No hay que olvidarse del refrigerador y el congelador. Quizás podríamos ignorar el armario donde se guardan los aperitivos porque no ayudan  mucho en estas situaciones, pero no está de más mirar.

Hay alimentos básicos esenciales en cualquier despensa. Sin este tipo de ingredientes, cualquier cocinero se encuentra perdido cuando hay que cambiar de planes. Muchos somos los que hemos abierto la despensa 30 minutos antes de la hora en la que la comida supuestamente debía estar lista para descubrir que nos habíamos quedado sin nada. Bueno, tal vez no sin nada, pero las almendras fileteadas, el azúcar glas, una lata de aceitunas y un par de bolsas de patatas fritas no sirven de mucho a la hora de preparar una comida equilibrada.

Además de tener siempre almacenados ciertos ingredientes, es una buena idea practicar de vez en cuando a ver qué podemos hacer con eso sin esperar a que se presente el estado de emergencia. Así sabremos que sustituciones quedan bien y nos evitamos sorpresas.

Estas sesiones de práctica son también un buen momento para innovar con calma. Podemos pensar en los ingredientes que estamos usando ¿Podemos añadir algo más? ¿Quedaría mejor guisado que frito? Algunos cambios muy pequeños pueden darle un sabor y textura completamente diferente a la comida de emergencia. Y eso es bueno porque la lengua tiene más de 10.000 papilas gustativas esperando detectar sabores nuevos y el paladar se aburre con la monotonía. El cambio puede ser tan fácil como incorporar un nuevo ingrediente a un plato conocido.

Cuando nos coge el toro y nos encontramos atascados preparando una cena en el último minuto, podemos aplicar lo aprendido en las sesiones de práctica o aprovechar para ser creativos a la fuerza. Algunos de los mejores platos del mundo se han creado al experimentar con ciertos alimentos. Las patatas fritas se descubrieron por error, pero alguien que estaba experimentando con los ingredientes que ya tenía a mano obtuvo un nuevo producto que era completamente único y es ahora un gran éxito en todo el mundo.

La pasta es un alimento que la mayoría de la gente tiene en su arsenal de alimentos básicos y se presta para muchos experimentos; podría quedar deliciosa con esas aceitunas que teníamos, un poco de nata líquida y orégano. Y esas patatas fritas machacadas podrían servir para sustituir al pan rallado en el caso del pollo empanado.

El yogur puede sustituir a la leche en muchos platos. Añadir un poco de chocolate a un chile con carne o a un guiso de cordero puede producir resultados deliciosamente sorprendentes. Si se van a poner rodajas de pepinillos en vinagre en una hamburguesa ¿Por qué no rebozarlas en harina y freírlas? Seguro que la textura crujiente no queda mal. Hay muchas formas diferentes de darle vida nueva al arsenal de ingredientes que se guardan en la despensa; solo se necesita un poco de creatividad para evitar lo mundano.

Es hora de pasar de la teoría a la práctica y entrar en la cocina, mirar la despensa y el refrigerador, coger el guante de cocina, las sartenes o cazuelas y empezar a añadir nuevos ingredientes. No hay que tener miedo de probar algo completamente fuera de lo común. En el peor de los casos, siempre se pueden tener algunas pizzas congeladas como solución rápida y fácil a una comida que salió mal.