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Problemas de alimentación en niños y adolescentes

Los padres de todo el mundo se preocupan por la alimentación de sus hijos, especialmente si tienen dificultades.

Muchos niños pequeños son quisquillosos con la comida, se niegan a probar ciertos alimentos, parece que no comen lo suficiente, o parece que no paran de comer. En la mayoría de los casos, suele tratarse de fases de corta duración que no llegan a afectar al desarrollo del niño. Es necesario pasarlas con gracia para que no se conviertan en un problema.

Consultar las tablas de crecimiento puede ayudar a determinar si hay un problema auténtico.

Los trastornos alimentarios más serios, como la anorexia y la bulimia, suelen aparecer más tarde. Son más propios de los adolescentes, pero algunos niños en edad escolar empiezan a mostrar alteraciones en los hábitos alimenticios que preocupan a sus padres.

Hay motivo para inquietarse cuando sus hijos:

  • No crecen a pesar de que parecen comer bien.
  • Pierden peso.
  • Comienzan a ganar peso demasiado rápido.
  • Se preocupan excesivamente sobre su apariencia o su peso.

Se debe consultar al médico sin preocuparse por parecer exagerados. Más vale prevenir.

Comer en exceso

Las formas de los niños son más redondeadas que las de los adultos. Eso es normal. Los niños regordetes se convierten en adultos delgados a medida que crecen y pierden la grasa infantil. Sin embargo, como la comida no falta y, a veces, no hay nada mejor que hacer que comer, el resultado es que, como grupo, los niños de una determinada edad cada vez pesan más y muchos corren el riesgo de convertirse en adultos obesos. Además, los niños de hoy son menos activos de lo que eran sus padres cuando tenían la misma edad.

Esa abundancia de comida preparada, no siempre de tipo saludable, y la falta de actividad ha producido un gran aumento en el número de niños en riesgo de convertirse en adultos con obesidad mórbida. Podemos decir que la obesidad infantil está convirtiéndose en un problema. No es un problema aislado. La obesidad infantil se está volviendo cada vez más común en los países desarrollados y está apareciendo en los países en desarrollo.

Los niños no pueden ser etiquetados oficialmente como obesos. Ese término se aplica solo a los adultos. Pero los niños que pesan demasiado para su edad tienen muchas más probabilidades de tener sobrepeso cuando sean adultos. Los niños con sobrepeso extremo se convierten en adultos obesos porque las células grasas no desaparecen una vez formadas. Los niños con exceso de peso tienen los mismos factores de riesgo que los adultos que también lo tienen. Podrían padecer diabetes, tener el colesterol alto, o la presión arterial alta.

Cómo prevenir la obesidad infantil

No hay medicamentos de control de peso aprobados para niños. Si la obesidad es un problema, la única solución a este problema es a través de la dieta y el ejercicio. Hay que alentar a los niños a ser más activos, comer de manera saludable y mantener un peso saludable.

Es más fácil que los niños sigan un régimen alimenticio si toda la familia se involucra en el plan de alimentación y ejercicio, sin que se los singularice a ellos. Es mejor establecer metas como familia, sin relacionarlas con la báscula, y mantenerse todos activos. Será más divertido, los niños no se sentirán aislados Y un estilo de vida saludable beneficia a toda la familia.

Los cambios en la dieta deben hacerse lentamente para que los niños no se sientan atacados y coman a escondidas. Tampoco conviene hacer comentarios negativos, aunque sí hay que ponerse firmes cuando se pasan de la raya. Se consiguen más resultados aplaudiendo las elecciones saludables y elogiándolos cuando hacen ejercicio.

La comida no debe usarse como recompensa. Deben utilizarse cosas más proactivas como un libro nuevo, ir de compras, mimos o hacer alguna actividad juntos.

Si se les ayuda a encontrar un pasatiempo o algo que hacer, se reducirá el riesgo de que se dediquen a comer cuando estén aburridos. También hay que enseñarles a no comer mientras leen, ven televisión o juegan videojuegos.

Si los niños tienen sobrepeso, es mejor que no coman en el colegio para que puedan controlar lo que comen. Pueden llevarse la comida de casa, si es posible, y ellos pueden ayudar a prepararla para asegurarnos que comerán lo que lleven.

Trastornos alimentarios

Los trastornos alimentarios se están haciendo más frecuentes en adolescentes y preadolescentes. Muchos opinan que estos trastornos son, a menudo, una expresión de problemas de autoestima y deben abordarse de otra forma. Ciertamente crear una actitud saludable hacia la comida en sus hijos ayudará a prevenir este tipo de trastornos.

Estar activo es magnífico. Sin embargo, hay que tener cuidado con los deportes y actividades que requieren que los practicantes se mantengan en pesos "ideales" como puede ser el caso del patinaje artístico, gimnasia, gimnasia rítmica, lucha, ballet y otros similares. Los cambios de forma que se producen en los primeros años de la adolescencia pueden estar en conflicto con la imagen requerida.

Los trastornos alimentarios son menos frecuentes cuando los padres tienen una imagen positiva de sí mismos. Si te gustas a ti mismo, sin importar la forma, y les haces saber a tus hijos que te gustan tal y como son, se verán a sí mismos bajo otra luz. Los hijos aprenden a apreciarse a sí mismos, tal y como lo hacen sus padres, y no tendrán problemas de autoestima.

Una cosa importante es enseñarles a no comer por motivos emocionales, a encontrar salidas constructivas a la frustración, como pueda ser el ejercicio o un pasatiempo. No tiene que ser necesariamente un pasatiempo artístico, la solución podría estar en un trabajo temporal o en empezar un negocio. Si encuentran un pasatiempo creativo donde pueden expresarse y son buenos, su autoestima mejorará.

No hay que ignorar los signos de trastornos alimentarios. Hay motivos para preocuparse cuando sus hijos tienen una pérdida de peso pronunciada, empiezan a saltarse comidas, hacen muchos comentarios sobre su apariencia o peso, se obsesionan con el recuento de calorías, hacen ejercicio en exceso, se dan atracones o empiezan a ganar peso a un ritmo demasiado rápido.

Si no se corrigen, este tipo de trastornos alimentarios pueden causar muchos problemas de salud, desde deshidratación, desnutrición, caída del cabello, caries dentales y enfermedades en las encías, pérdida de masa muscular, diabetes e incluso la muerte. Ante la duda, lo mejor es consultar al médico.

Los controles parentales de Internet son una gran ayuda cuando se sospecha un trastorno alimentario. La anorexia, la bulimia y el comer de forma compulsiva son trastornos más comunes de lo que pensamos. Muchos pacientes chatean y se dan consejos entre ellos. Es bueno poder ver lo que hacen en línea y consultar el historial para saber qué es lo que están buscando.

Si se supervisan los medios desde una edad temprana, se les puede guiar y ayudarles a tener imagen corporal más positiva. No está de más recalcar que los humanos vienen con todo tipo de formas y tamaños y que todos son muy valiosos.