Pasar al contenido principal

Dulce pero con poco azúcar

A veces es necesario reducir la cantidad de azúcar en la dieta.

¿Significa que tenemos que renunciar a cualquier capricho dulce? No necesariamente, se pueden preparar dulces sin azúcar añadido.

Hay veces que apetece muchísimo comer algo dulce, a todos nos pasa. Desafortunadamente, el azúcar es algo tabú para algunas personas. Intentar eliminar por completo el azúcar de nuestra dieta diaria es una tarea difícil, pero se puede reducir la cantidad que ingerimos proveniente de alimentos procesados.

Para empezar, podemos escoger alimentos que sean dulces por naturaleza, como la fruta fresca. No hay alimentos azucarados procesados ​​tan jugosos y satisfactorios como una pera madura, una sandía, una naranja o fresas en su punto. El siguiente paso es revisar las etiquetas de los alimentos procesados que compramos y elegir marcas sin azúcares añadidos. Y cuando tenemos un antojo por algo más, podemos prepararlo en casa, usando algún sustituto del azúcar si fuera necesario.

Postre fácil (sin azúcar añadido)

La salsa de manzana y el requesón es una combinación que les encanta a la mayoría de los niños.

5-8 cucharadas de compota de manzana sin azúcar añadido (puede ser puré o salsa de manzana)

5-6 cucharadas de requesón o cuajada

1 pizca de canela molida

1 cucharadita (opcional, sustituto del azúcar o edulcorante permitido)

Ponemos la compota de manzana en un cuenco, el fondo, el requesón por encima de la salsa, como si fuera nata, y espolvoreamos canela por encima.

Se pueden hacer postres parecidos con peras o melocotones.

Hacer una compota de manzana o pera sin azúcar se reduce a cocer la fruta, pelada y troceada, con un poco de agua. La fruta cocida suele ser lo suficientemente dulce para no necesitar no necesitaría ningún ni edulcorante añadido, pero a algunos niños les gusta un poco más dulce.

Mermelada

Una mermelada sin azúcar añadido para untar en las tostadas a la hora del desayuno o para el bocadillo a la hora de la merienda.

2 naranjas (o 1 naranja y 1 limón, el zumo y la cáscara, rallada o troceada)

300-350 g de albaricoques secos, troceados

150-175 ml de agua

Lavamos bien las naranjas y exprimimos el zumo. Las ponemos en un cazo con los trozos de albaricoque. Tapamos la cacerola y cocemos los albaricoques troceados en el zumo hasta que estén blandos, aproximadamente 10 minutos. Trituramos los albaricoques cocidos y el líquido hasta obtener un puré suave y uniforme.

Cortamos la cáscara de las naranjas en trozos del tamaño de una cerilla, sin lo blanco, y la colocamos en un cazo junto con 150 ml de agua. La llevamos a ebullición y la cocemos lentamente hasta que la cáscara esté blanda, unos 10 minutos.

Mezclamos el puré de albaricoque, con la cáscara de naranja cocida y la cantidad del líquido de cocerla necesaria para que la mermelada tenga la textura deseada.

Dejamos que la mermelada se enfríe y la distribuimos entre dos recipientes. Guardamos uno en el refrigerador para uso diario, se mantendrá durante aproximadamente dos semanas. Congelamos el segundo para descongelarlo y usarlo más tarde.

Pasta de fruta para untar

Se puede preparar una pasta de fruta para untar de forma similar a la mermelada anterior, con purés de frutas frescas o secas cocidas. En este caso, no se incluye el líquido de cocción, o muy poco.

Una pasta demasiado blanda se puede espesar disolviendo arrurruz en agua fría, mezclándolo con el líquido de la cocción y cociéndolo a fuego vivo junto con la pasta hasta que espesen, tardarán menos de 2 minutos. La gelatina, la gelatina vegetariana o agar-agar también pueden usarse como espesantes.