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La pasta adecuada para cada plato

La forma, color, sabor y textura de cada tipo de pasta tiene un propósito definido

Elegir la pasta adecuada para un plato determinado es toda una ciencia. Juntar en un palto la mejor pasta disponible con la salsa que la complementa requiere un poco de conocimiento sobre pasta, salsas para pasta  y cómo se mezclan los sabores y las texturas.

En un mundo donde sólo hubiera un tipo de pasta, todo serían cintas y siempre se servirían con salsa de tomate. Algo delicioso y reconfortante, pero un poco aburrido. Una de las razones por las cuales la pasta es tan popular es porque se pueden combinar una gran variedad de tipos de pasta con una gran variedad de salsas y siempre se puede hacer algo nuevo. Así  es cómo las comidas se vuelven interesantes además de sabrosas.

El tamaño

Si toda la pasta fuera pequeña, como las estrellitas, sería prácticamente imposible servirlas con salsas cremosas de queso, a menos que se coman con cuchara. Tendríamos  enfrente de un montón de pequeños fideos hundidos en un mar de queso fundido. El tamaño es importante cuando se trata de emparejar una pasta con salsa, o con un relleno. Las pastas pequeñas y delicadas no recogen  salsas pesadas. Las pastas grandes con huecos, como las conchas gigantes o los manicotti, cogen la salsa de forma natural.

Las formas  pequeñas de pasta deben sentirse ligeras y delicadas al morderlas. Se sirven con salsas frescas y ligeras. Todos los ingredientes deben ser pequeños y livianos, como el queso parmesano recién rallado. La pasta de tamaño más grande es más pesada y firme, adecuada para servir con trozos de carne, verduras y queso pesado, como la mozzarella fundida, y queda bien con salsas más sabrosas y resistentes.

La textura

Si el plato de pasta tiene una salsa espesa que necesita agarrarse a algo, hay que pensar en la textura. Puede haber una gran diferencia en el resultado dependiendo del tipo de pasta que se use. Las pastas con crestas, agujeros, las aberturas, formas cóncavas, espirales, curvas y las pastas integrales permiten que la salsa cuelgue de la pasta para crear un plato de sabor más  rico e intenso.

Una salsa de tomate y verduras mediterráneas se resbalará de un pasta fina  y delicada, como el fideo cabello de ángel. Al final, la salsa y la pasta se comen por separado. Cuando se elige una pasta de textura más fuerte y tamaño más grueso, la salsa se adhiere a la pasta y el tenedor puede sujetar pasta y trozos de hortaliza a la vez.

Cuando se trata de descubrir qué pasta iría mejor con una salsa particular, pensar en la textura es un buen punto de partida. Una vez que se ha escogido una textura que quede bien con el tipo de salsa, se puede escoger una forma particular.

La función

Además del tamaño y la textura, la función también es importante. Después de todo, si el plato tiene trozos grandes de carne o verduras, se necesita una pasta que no desaparezca bajo el peso y que ni se vea ni se sienta.

Las sopas llevan pastas pequeñas. Las salsas requieren pastas que las recojan. Hay pastas para rellenar y hay pastas para hacer capas. Hay pastas pequeñas con las que se pueden hacer ensaladas parecidas a las ensaladas de arroz. Un plato de pasta que reconforte el cuerpo y el alma necesita una pasta grande y pesada. Un plato ligero, necesita una pasta ligera

Y una vez que se ha decidido la pasta que se va a usa para el plato que se tiene en mente preparar, hace falta cocinar, empezando por cocer bien esa pasta.

Pastas para todos los gustos

La pasta viene en diferentes formas, tamaños, texturas e incluso, sabores. A algunas personas les encanta probar todo nuevo tipo de pasta que ven. Mientras que otras sienten que cualquier cosa que no sean las cintas de toda la vida no sería la pasta correcta y hay fanáticos de los macarrones que nunca comerían otra cosa.

Texturas

Los diferentes tipos de pasta no se sienten igual al morder ni en la boca. La forma y la textura de un tipo de pasta a menudo se han creado con un propósito determinado. Por ejemplo, algunas pastas tienen crestas, otras tienen canales y algunas son un poco ásperas. El propósito de esas texturas es que ayuden a que la salsa se adhiera a la pasta. Por ejemplo, los espirales tienen una textura y una forma que sujetan las salsas y no las sueltan; aun así, producen una sensación más ligera en la boca, y al morderlos, que un codo gigante.

Las pastas con formas tubulares, como rigatoni, macarrones, codos y otras, son perfectas para morder, también son excelentes para llevar  mucha salsa a la boca por su forma de tubo hueco. La pasta en forma de concha también es capaz de transportar mucha salsa en su concavidad, pero es más tierna al morderla y más suave en la boca. Los espaguetis finos y los espaguetis de cabello de ángel una textura que a todos encanta, pequeña y delicada, pero más ligera que la de los espagueti ordinarios, que a su vez son menos pesados que las cintas.

Por supuesto, no a todo el mundo le gustan todas las texturas. Hay quienes no soportan la pasta integral porque su textura es granulosa y no tan suave como la pasta hecha con harina blanca.

Sabores

Hay muchas personas satisfechas con la pasta tradicional y que no desean probar algo diferente. Como mucho, probarían la pasta verde, con un ligero sabor a espinacas, o la roja, que tiene tomate. La pasta puede tener cualquier tipo de sabor que se pueda imaginar.

Hay pastas de tinta de calamar, pastas de zanahoria, pastas de remolacha, e incluso hay pasta de chocolate con mantequilla de cacahuete ¿Suena demasiado raro? Bueno, también se hacen postres dulces con pasta, así que una pasta con chocolate puede tener sentido.

Estilo

Si hay pasta con cientos de sabores diferentes de pasta, probablemente haya miles de estilos distintos, cada uno con sus propias cualidades únicas. Hay tantos que seguro que hay algunos de los que ni siquiera oiremos hablar, y mucho menos los cocinaremos. Tiene sentido que haya tantos estilos porque hay culturas y cocinas muy diversas. El problema es que solemos vincular emociones y comida, por lo que la pasta crea un poco de sensación cuando aparece en los platos, o la conocemos y sabemos que nos gusta, o simplemente parece algo que está mal. Las formas específicas de la pasta, junto con la textura, varían de una cultura a otra. Los estilos de pasta italiana que se favorecen en Europa son distintos de los que gustan en Estados Unidos, por ejemplo