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Los bebés y los cítricos

A los bebés les gustan las frutas cítricas pero ¿son buenas para ellos?

Quienes disfrutan del zumo de naranja de postre o en el desayuno, una limonada refrescante en verano o una tarta de lima desean compartir esas golosinas y que su bebé también las aprecie. Además, los cítricos son saludables ¿no? Lo son, pero también pueden ser irritantes ¿Cuándo es el mejor momento para introducir este tipo de fruta en la alimentación del bebé?

Según la recomendación de pediatras de todo el mundo, no es prudente que los padres den a sus hijos cítricos antes de los doce meses de edad debido a su acidez. Se trata de prevenir que aparezca un sarpullido en la piel sensible del bebé debido a las propiedades ácidas de las frutas cítricas. Su acidez puede causar erupciones graves en el trasero del bebé, así como alrededor de la boca, los labios, el cuello y la cara.

Dicho esto, muchos padres han ofrecido a sus bebés un poco de zumo de naranja o gajos de mandarina, y otras frutas cítricas, antes de los 12 meses y no han tenido reacciones adversas. De hecho, el zumo de naranja es uno de los ingredientes de la papilla casera de fruta más popular que se ha ofrecido a la hora de la merienda entre los 6 y los 12 meses, después de haber probado los cereales. Si se desea introducir las frutas cítricas antes de los doce meses, lo mejor es consultar primero con el pediatra y luego hay que estar atento a posibles reacciones. Además, se recomienda comenzar con una versión diluida de un zumo de una fruta cítrica escogida incluso después de obtener la aprobación del pediatra. Así se puede observar si hay repercusiones.

Los mejores cítricos para comenzar

Las frutas cítricas con menor acidez, como las naranjas dulces o las mandarinas, son generalmente las mejores para empezar cuando se desea que el bebé pruebe los cítricos. Otras frutas cítricas excelentes para las primeras pruebas son las variedades e híbridos de las mandarinas, como las clementinas y las toronjas o tangelos. El limón dulce es bueno cuando se mezcla con otros alimentos y bebidas, pero es mejor probar con una sola fruta para poder observar el resultado más fácilmente. Para empezar, se puede exprimir un poco de zumo de naranja fresca, añadir agua y dejar que el bebé pruebe una cucharadita. Es una forma de introducir los cítricos lentamente y en porciones ligeras.

Muchos pediatras creen que los bebés mayores de seis meses, que mastican bien o tienen encías fuertes, pueden intentar comer naranjas o mandarinas. Estas frutas se pueden ofrecer siempre que se elimine la membrana que divide los segmentos de fruta, toda la piel blanca y se ofrezcan en gajos. Por supuesto, se recomienda obtener el visto bueno del pediatra antes de intentarlo. Cualquier pedazo grande de comida representa un peligro de asfixia, así que tome precauciones.  No debería hacer falta repetir que nunca se debe dejar a un bebé sólo cuando come, aunque sea capaz de alimentarse el mismo.

Una lata de mandarinas en su jugo es una opción fácil para muchos padres. La fruta está limpia, es menos ácida que los cítricos frescos y bastante fácil de masticar.

Frutas cítricas a evitar

Hay una serie de frutas cítricas que no se deben ofrecer demasiado pronto para disminuir la posibilidad de reacciones adversas. Se deben evitar las frutas cítricas con mayor contenido de ácido, como las limas, los limones y los pomelos.

Nuestras propias papilas gustativas pueden servir de guía. Si un tipo de fruta cítrica nos hace fruncir el entrecejo, probablemente no sea una buena idea ofrecérsela a un bebé menor de dos años. Si la fruta es muy dulce, podría estar bien. No importa lo que se asuma, se debe consultar con el médico que lleva al bebé antes de darle a probar un nuevo alimento. Y siempre hay que estar alerta a los cambios en el bebé después de consumir cualquier alimento, no solo cítricos.

La comida es una aventura increíble para los niños. Y seguro que la mayoría de los padres querrían presentarles los cítricos a sus hijos tan pronto como sea posible. Se puede hacer siempre que sea de una forma adecuada e inteligente. Hay que hacer cosas tan simples como empezar por una pequeña cantidad de zumo; preparar los cítricos en gajos o cortarlos en trozos pequeños, quitar las membranas y las semillas, y asegurarse de que no tengan la piel blanca adherida cuando ya sean algo más mayores y puedan masticar. Luego, después de introducir cualquier alimento nuevo, se debe esperar al menos tres días antes de pasar al siguiente alimento para observar la reacción del bebé, y poder tener una buena idea de qué la está causando en caso de que sea negativa.

No es necesario evitar totalmente los cítricos siempre que se obtenga la aprobación del médico y se sepa cómo servirlos.

Se puede hacer un plan para presentarle lentamente al bebé algunas variedades. Si todo va bien, auguramos un futuro muy, muy largo llenando el frutero con hermosas frutas cítricas frescas.