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Una comida en la Kansas rural

Cuando se piensa en la comida de Kansas, las primeras cosas que pueden venir a la mente son costillas, pan de trigo y tortitas. Sin embargo, hay mucho más que eso en este estado casi plano cuando se trata de cocina. A medida que los pioneros comenzaron a instalarse a lo largo de Kansas, trajeron con ellos sus comidas favoritas y sus formas de prepararlo. Y con la política de puertas abiertas de Kansas, muchos de estos alimentos encontraron un hogar permanente en sus mesas.

Los habitantes de Kansas disfrutan de  una mezcla de platos tradicionales de estilo rural, así como también platos alemanes, suecos e irlandeses. Y algunos platos de la cocina nativo americana también. Nunca se puede estar seguro de lo que habrá sobre la mesa en la Kansas rural, ni siquiera de si se va a comer en una mesa.

Durante el verano, te reciben los aromas a humo y carne asada de una barbacoa y un gran grupo de familiares y amigos esperando ansiosamente que te unas a ellos. Incluso en algunas de las familias más hostiles, seguramente te recibirán con un abrazo o un golpecito en la espalda. La única mesa a la vista probablemente es una vieja mesa de picnic, cubierta con un mantel bordado con flores. Nadie puede sentarse allí porque estará cubierta de platos diferentes y todo el mundo se acerca a servirse. Si realmente alguien consigue sentarse allí, puede prepararse para escuchar “perdón” muchas veces y tener que apartarse de las manos que tratan de alcanzar la comida.

Las ensaladas de patata residen en cuencos, de plástico, vidrio y cerámica de colores pastel; y cada una tiene un sabor diferente, adaptado al gusto particular de una familia. Hay dos y, a veces, tres tipos de carne de cerdo junto a recipientes con mazorcas de maíz, hervidas o hechas al vapor. Judías verdes, ensalada de guisantes y panecillos calientes con mantequilla derretida se encontrarán dispersos entre las ensaladas de pasta y las verduras crudas. Y sí, en una barbacoa al estilo de Kansas, el pollo frito se considera un acompañamiento. En la parrilla hay filetes, hamburguesas, carne de vacuno dorándose después de haberse guisado a fuego lento y perritos calientes para los niños. Cuando hay suerte, también hay palomitas de maíz saltando en una cacerola. Limonada, agua fría y cerveza, llenan los vasos.

Con el otoño, llega la cosecha y una nueva variedad de alimentos. Las frutas y bayas frescas se convierten en mermelada y se conservan en tarros grandes. El trigo se convierte en pan. Bierocks, albóndigas suecas, repollo guisado o chuletas de cerdo a adornan las mesas manchadas de oscuro. Las patatas se asan, se hacen puré, o se fríen. El maíz se cubre con mantequilla derretida y pimienta. Las judías verdes se acaban de recoger y se cocinan a la perfección. Las bebidas son sidra caliente, café negro y vino de bayas. Se trata de una comida íntima pero muy activa. Si uno no está acostumbrado a familias numerosas, el ruido de la conversación puede ser ensordecedor. Todos ayudan a poner la mesa, desde el niño más pequeño, que intenta poner una cuchara sobre la mesa, hasta el bisabuelo, sugiriendo dónde deberían sentarse todos. Pero las mujeres sirven la comida. Puedes decir quién es la señora de la case, porque ella será la última en comer. El postre se sirve en la sala de estar, donde se escuchan música y risas, y suele ser un pastel recién horneado y tibio. La manzana y las cerezas son los favoritos. Se sirve café y más cerveza.

No se permiten sombreros de ningún tipo en la mesa, pero mientras que las manos estén limpias, no importa si el resto del cuerpo está cubierto de barro.

Y si alguna vez te encuentras invitado a una de estas cálidas comidas, no te olvides de llevar algo de comida como regalo. La comida se aprecia en Kansas.