La salsa besamel, también conocida como bechamel o salsa blanca, es una de las salsas madre de la cocina francesa clásica. Se hace a base de una roux blanca (una mezcla de harina cocinada en mantequilla) a la que se le añade leche y se cocina hasta que la mezcla se espesa y suaviza. Para darle sabor, se suelen añadir ingredientes como cebolla con clavos de olor, hoja de laurel y nuez moscada.
Una salsa besamel con nata, se refiere a una variación de la besamel tradicional en la que se añade nata (crema de leche) para enriquecerla, dándole una textura más cremosa y un sabor más rico. La nata se puede añadir al principio, mezclada con la leche, o al final del proceso de cocción, después de que la besamel haya espesado justo al retirarla del fuego.
Si se añade la nata al principio, la salsa se prepara mezclando leche y nata en un bol con unas varillas. Luego, se calienta la mantequilla en una cazuela y cuando se funda, se incorpora la harina, removiendo sin parar, para que se cocine en la mantequilla durante tres minutos aproximadamente, evitando que la harina quede cruda.
A continuación, se vierte una parte de la mezcla de la nata con la leche lentamente sin dejar de remover y se aparta la cazuela del fuego mientras que todos los ingredientes se integran. Una vez que todo esté mezclado, se vuelve a poner al fuego, se agrega el resto de la mezcla de leche y nata, y se continúa removiendo. Es importante que el fuego esté bajo, así se evita que la salsa se pegue y también que salgan grumos.
Finalmente, se condimenta al gusto y espesará a los pocos minutos de romper a hervir. Si la harina estaba bien cocida, no hará falta que hierva más de 5 minutos, 10 minutos como máximo.
Cuando la salsa besamel pierde temperatura se espesa aún más y se debe servir caliente para que quede un poco líquida
Esta versión enriquecida de la bechamel es especialmente popular en platos gratinados y pastas, donde se busca una textura cremosa y un sabor más decadente. La proporción de nata puede variar según la receta y el gusto personal, pero generalmente se añade en una cantidad menor que la leche para no abrumar el sabor suave y delicado de la bechamel.
Esperamos que esta información sea útil. ¡Buen provecho! 🍴
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Una variante de la besamel
La salsa besamel, también conocida como bechamel o salsa blanca, es una de las salsas madre de la cocina francesa clásica. Se hace a base de una roux blanca (una mezcla de harina cocinada en mantequilla) a la que se le añade leche y se cocina hasta que la mezcla se espesa y suaviza. Para darle sabor, se suelen añadir ingredientes como cebolla con clavos de olor, hoja de laurel y nuez moscada.
Una salsa besamel con nata, se refiere a una variación de la besamel tradicional en la que se añade nata (crema de leche) para enriquecerla, dándole una textura más cremosa y un sabor más rico. La nata se puede añadir al principio, mezclada con la leche, o al final del proceso de cocción, después de que la besamel haya espesado justo al retirarla del fuego.
Si se añade la nata al principio, la salsa se prepara mezclando leche y nata en un bol con unas varillas. Luego, se calienta la mantequilla en una cazuela y cuando se funda, se incorpora la harina, removiendo sin parar, para que se cocine en la mantequilla durante tres minutos aproximadamente, evitando que la harina quede cruda.
A continuación, se vierte una parte de la mezcla de la nata con la leche lentamente sin dejar de remover y se aparta la cazuela del fuego mientras que todos los ingredientes se integran. Una vez que todo esté mezclado, se vuelve a poner al fuego, se agrega el resto de la mezcla de leche y nata, y se continúa removiendo. Es importante que el fuego esté bajo, así se evita que la salsa se pegue y también que salgan grumos.
Finalmente, se condimenta al gusto y espesará a los pocos minutos de romper a hervir. Si la harina estaba bien cocida, no hará falta que hierva más de 5 minutos, 10 minutos como máximo.
Cuando la salsa besamel pierde temperatura se espesa aún más y se debe servir caliente para que quede un poco líquida
Esta versión enriquecida de la bechamel es especialmente popular en platos gratinados y pastas, donde se busca una textura cremosa y un sabor más decadente. La proporción de nata puede variar según la receta y el gusto personal, pero generalmente se añade en una cantidad menor que la leche para no abrumar el sabor suave y delicado de la bechamel.
Esperamos que esta información sea útil. ¡Buen provecho! 🍴