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Un huerto de verano

La opción más popular es el huerto de verano, en el cual se planta en primavera y se cosecha durante el verano y principios del otoño.

Cualquiera que planee recoger su cosecha de verduras y hortalizas en verano debe ser consciente de que todo lo que se hace antes puede tener un impacto significativo en cómo crecen las plantas del huerto casero. Hay muchas cosas que se pueden hacer en primavera, incluso antes, para asegurar que el huerto será productivo en verano.

Lo que se debe hacer en primavera para cosechar en verano

Si aún no se ha hecho antes, el final del invierno y principio de la primavera es el momento perfecto para preparar el huerto. Lo primero es decidir el tamaño de la parcela que se va a cultivar y marcarla. Puede ser una parcela de varios metros cuadrados, un terrenito de pocos metros cuadrados o incluso unas cuantas macetas.

Después hay que desbrozar el suelo y mezclar la materia orgánica de la superficie con la tierra. Se puede hacer a mano si el terreno que se va a cultivar es pequeño, pero si es un jardín grande, lo mejor será tener el equipo adecuado, incluyendo u tractor miniatura.

Se puede analizar el suelo para ver si tiene los nutrientes necesarios para cultivar un huerto. Este tipo de kits se pueden comprar en la mayoría de los viveros de plantas y en muchas de las tiendas que venden artículos de jardinería. Si la universidad local ofrece estudios de agricultura, podría ser un sitio para hacerse con un kit para analizar el suelo.

El siguiente paso es planificar lo que vas a sembrar. Mucha gente tiene una idea sobre cuales verduras quieren cultivar, pero que van a cambiar de opinión al menos una vez antes de sembrar nada. Lo más fácil es pensar primero en las verduras y hortalizas favoritas en casa. Maíz, tomates, judías verdes, pimientos, repollo, brócoli y coliflor son plantas comunes en un huerto casero.

¿Se van a sembrar las semillas o se va a empezar con plantas que ya han brotado? Por supuesto, no hay nada como observar las plántulas a medida que brotan y crecen, pero comprar plántulas ya algo crecidas hace llena el jardín mucho más rápido, y es una opción para considerar si se ha empezado un poco tarde. Hay que decidir qué plantas se van a sembrar desde semillas y cuáles se van a comprar germinadas.

Una vez que se ha decidido lo que se plantará y cómo, hay que decidir dónde se colocará cada planta. Algunas plantas crecen mejor en mutua compañía. Ya sea porque las unas proporcionen resistencia natural a las plagas o nutrientes que las otras plantas necesitan. También hay plantas que no se llevan bien y es mejor cultivarlas bien separadas. Merece la pena tomarse el tiempo para investigar qué plantas pueden beneficiar a las otras que se ha decidido cultivar en el huerto.

Cuando hay un suelo fértil, es inevitable que aparezcan plantas a las que no se ha invitado. Se las conoce como malas hierbas porque consumen recursos sin aportar beneficios. Hay que lidiar con ellas. Se puede hacer manualmente o usar productos químicos, y hay otros métodos que se pueden usar también. Cubrir el terreno entre las hileras de plantas con un periódico cubierto con tela negra para jardinería o láminas de plástico negro reducirá en gran medida la cantidad de hierbas que habrá que quitar. Este tipo de telas y plásticos también se pueden usar en las hileras donde crecerán plantas, cortando un agujero en los lugares donde se sembrarán las semillas o se colocarán las plantas germinadas. La tela permite el paso de la lluvia mientras que bloquea gran parte de la luz solar, así las plantas prosperan mientras que las malas hierbas no pueden crecer.

También hay que pensar en las plagas. Algunos jardineros se contentan con usar pesticidas químicos. Otros desearán darle un enfoque "más ecológico" para proteger el medio ambiente y la biodiversidad. Uno de los métodos es favorecer la presencia insectos beneficiosos en el jardín. Entre estos insectos se incluyen las mariquitas y mantis religiosas. Las lombrices de tierra también pueden servir como protección natural contra algunas plagas.

No hay que olvidarse de revisar las herramientas de jardinería. La primavera es el momento para poner a punto los equipos mecánicos y afilar lo que haya que afilar. Los rastrillos, azadas y otras herramientas manuales no deben tener mangos sueltos ni estar oxidados.

Hay otros artículos que pueden facilitar la tarea de cuidar de ese huerto de verano. ¿Un sombrero de ala ancha para proteger la cara y el cuello del sol? ¿Qué tal algo para sentarse o arrodillarse mientras se está sembrando y plantando? Tampoco estaría de más tener un sitio para sentarse y disfrutar del jardín después de terminar el trabajo.

Hay tantas cosas que tener en cuenta al plantar un huerto, y tantas tareas que llevar a cabo, que es necesario empezar tan pronto como sea posible. Un huerto lleva tiempo, pero es muy gratificante.  El tiempo vuela. El momento de comenzar a trabajar en el huerto estará aquí antes de lo que uno piensa. Los siguientes pasos nos mantendrán tan ocupados que el verano y las comidas con verduras cultivadas en casa llegarán antes de que nos demos cuenta.