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La vitamina E (alfa-tocoferol)

La vitamina E, una de las vitaminas solubles en grasas, es realmente una combinación de compuestos químicos en los que se incluye el alfa-tocoferol. Todos los tejidos en el cuerpo contienen vitamina E, pero las cantidades más grandes se encuentran en las glándulas pituitaria y las glándulas suprarrenales. Puesto que nuestro organismo no produce esta vitamina, debemos  confiar en la dieta para obtener las cantidades necesarias para mantenernos sanos.

Como ocurre con las demás vitaminas, la vitamina E es beneficiosa es beneficiosa de muchas formas. En primer lugar, tiene propiedades antioxidantes que neutralizan los radicales libres y protegen al organismo de contra los efectos dañinos que estos pueden causar. Los antioxidantes ayudan a retrasar el proceso de envejecimiento y pueden ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer.

Otro efecto beneficioso de la vitamina E es que ayuda a mantener bajos los niveles de colesterol del tipo LDL. Un nivel alto de colesterol LDL (Low Density Lipoproteins – lipoproteínas de baja densidad) es el que se asocia con el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, pues con el tiempo se puede acumular en las paredes de las arterias dificultando la circulación sanguínea y el trabajo del corazón.

La vitamina E favorece el desarrollo correcto de los músculos. También puede ayudar a incrementar la eficacia del sistema inmunitario, haciéndolo más resistente a las infecciones bacterianas y virales. Trabajando en conjunto con la vitamina C, la vitamina A, y beta-carotenos, la vitamina E puede ayudar a prevenir el desarrollo de cataratas.

Cantidades recomendadas

La ingesta diaria recomendada de vitamina E para adultos es de 12 miligramos. Sin embargo, se recomienda que los fumadores incrementen la cantidad de vitamina E en su dieta para contrarrestar la creciente presión sobre los pulmones causada por el humo del tabaco. La contaminación atmosférica puede causar el mismo tipo de estrés pulmonar que el tabaco, por lo que las personas que viven en zonas donde el aire está altamente contaminado también deben aumentar su ingesta diaria de esta vitamina.

Dónde se encuentra

La vitamina E es abundante en muchos tipos de alimentos. Los boniatos y el mango son ricos en vitamina E. La mayoría de los aceites vegetales que se usan en la cocina son una buena fuente de vitamina E, incluyendo el aceite de sésamo, girasol, cacahuete, cártamo, oliva, soja, y maíz. Casi todas las nueces contienen también cantidades suficientes de vitamina E, lo cual es una razón más a favor de la adición de las nueces, nueces de Brasil, avellanas, girasol semillas y almendras a nuestra dieta. La mantequilla, margarina, huevos, germen de trigo, aceite de germen de trigo, soya, camote, espinacas, brócoli, maíz, aguacate, y el hígado son otras buenas fuentes naturales de vitamina E. Los vegetales de hoja verde contienen vitamina E, pero sólo pequeñas cantidades.

El proceso de almacenamiento y preparación de los alimentos puede reducir significativamente su contenido de vitamina E. Casi todos los procesos de elaboración, congelación, conservación degradan la de vitamina E, así como su exposición al aire.

La deficiencia de vitamina E

Puesto que la vitamina E se encuentra en muchos de los alimentos que solemos tomar a diario, y debido a que el cuerpo es capaz de almacenar esta vitamina soluble en grasa, las deficiencias de esta vitamina son muy raras. Sin embargo, si realmente ocurrieran, los síntomas pueden ser severos. La degradación progresiva de los riñones es un riesgo notable asociado con este tipo de deficiencia. Los problemas reproductivos, incluso llegando a la infertilidad, así como un aumento en el riesgo de un aborto involuntario son también problemas que pueden producirse cuando la cantidad de vitamina E en la dieta no es suficiente.

Letargo, anemia, y una pérdida general de equilibrio son otros síntomas que pueden experimentar los adultos con una deficiencia de vitamina E. Si no se corrige, con el tiempo, el cuerpo simplemente empieza a degenerar.