Zumos para niños

La familia que prepara zumos unida, permanece unida.

En un mundo ideal, nuestros hijos no estarían expuestos a "bebidas de frutas excesivamente azucaradas" como es el caso de muchos zumos envasados. Pero si se da el caso de que ya han desarrollado el gusto por las bebidas dulces, la forma más fácil de conseguir que les guste beber zumos frescos, hechos en casa, es incluir frutas.

Lo que les gusta y lo que es bueno para ellos

No siempre son la misma cosa y se trata de alcanzar el equilibrio. Los niños están programados para que les guste lo dulce, pues la mayoría de los alimentos dañinos son amargos. Aunque un  zumo de frutas contiene más cantidad de azúcar que un zumo de verduras, por lo general, y algunas frutas son tan dulces que sus zumos se podrían calificar como caramelos líquidos, si el zumo está recién hecho es mucho mejor que un zumo envasado. Además, al hacer el zumo en casa, sabemos exactamente lo que contiene.

Pueden esconderse algunas verduras en los zumos que se preparen para los niños sin que ellos se den cuenta. A medida de que pasa el tiempo y los niños le cogen el gusto a los zumos hechos en casa, se les puede mostrar como al añadir “unas hojitas de esto y un poquito de aquello” el sabor del zumo cambia y se hace más interesante, y preparar recetas nuevas se convierte en una aventura emocionante.

Si ya se hacen zumos en casa, es muy probable que los niños sientan curiosidad. Está en su naturaleza. Y no hay ninguna razón por la que no puedan convertirse en participantes activos siempre que las recetas y las actividades sean adecuadas para su edad.

Los niños siempre sienten curiosidad acerca de las cosas que tienen motor y hacen ruido. Así que en lugar de mantenerlos lejos del exprimidor ¿por qué no darles a conocer las múltiples bondades de los zumos naturales?

Los niños pueden hacer zumos

Los niños pueden involucrarse en la cocina desde una edad muy temprana. Les encanta imitar a los adultos y hay que aprovechar esa edad en la que todo les parece un juego y están dispuestos a participar en cualquier actividad para que adquieran buenas costumbres culinarias.

Un niño de dos años puede remover las hojas de espinaca o de col rizada en un recipiente con agua y las enjuaga a la vez que juega. Un niño de cuatro años puede pelar mandarinas y naranjas, y podría cortar un plátano en rodajas utilizando un cuchillo romo. Un niño de seis años puede cortar un pepino en rodajas, bajo supervisión, y quitarle el hueso a las cerezas.

Cuando entienden que no hay que meter la mano, se les puede permitir que echen los ingredientes por el tubo y después enciendan la licuadora. Que jueguen con las diferentes velocidades y comprueben por sí mismos la diferencia en el zumo de manzana, o de pepino, que se produce como resultado.

Seguridad primero

Afortunadamente, las licuadoras centrífugas modernas tienen características de seguridad que impiden que las cuchillas funcionen a menos que el aparato esté ensamblado de la forma correcta.  Es prácticamente imposible que les quepa la mano en el tubo y que puedan meterla lo suficientemente abajo como para hacerse daño, pero algunos modelos antiguos tiene tubos más anchos y no está de más enseñarles a tomar precauciones. Un paso adicional para incrementar la seguridad sería la de enchufar el aparato sólo mientras se está haciendo un zumo y mantenerlo desconectado en cualquier otro momento.

Al hacer zumo normalmente se debe trabajar deprisa para preservar los micronutrientes y prevenir la pérdida de color por oxidación. Al jugar con los niños mientras se prepara el zumo, naturalmente, se irá más despacio. Es un dilema en el cual cada uno deberá decidir qué es lo más importante en ese momento.

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