Cómo desalar el pescado salado

Remojar el pescado salado es un paso esencial para preparar muchos platos.

Este proceso ayuda a eliminar el exceso de sal y a rehidratar el pescado, lo que es crucial para que su textura y sabor se parezcan lo más posible a los del pescado fresco. 

El bacalao, las anchoas y los arenques suelen ser los pescados que se encuentran salados. De ellos, el bacalao salado es el que se usa más frecuentemente en la cocina.

Preparación inicial

Primero, se inspecciona el pescado salado, eliminando cualquier escama o espina visibles. Algunas personas también prefieren quitar la piel en esta etapa, pero esto es opcional.

Cortar en trozos

Si la pieza de pescado es grande, se corta en trozos manejables. Esto facilitará el remojo y asegurará que cada pieza se desale de forma uniforme.

Enjuagar con agua corriente

Cada pieza de pescado salado se debe enjuagar bine bajo el chorro de agua fría para quitar la mayor cantidad de sal superficial posible.

Remojar en agua fría

El pescado salado se coloca en un recipiente grande y se cubre completamente con agua fría. Es importante que el agua cubra totalmente el pescado.

Cambiar el agua

El recipiente con el pescado salado cubierto con agua se mete en el refrigerador y se deja ahí, a remojo, hasta que se haya eliminado toda la sal. Durante este tiempo, se debe cambiar el agua cada 6-8 horas. Este paso es crucial para eliminar adecuadamente la sal.

Tiempo que debe estar a remojo

El tiempo total de remojo dependerá del grosor de las piezas de pescado salado. Generalmente, se recomienda un remojo de 24 horas para piezas más finas y hasta 48 horas para piezas más gruesas.

Prueba de sabor

Después del tiempo de remojo recomendado, se puede probar un pequeño trozo de pescado para poder estar seguros de que ha alcanzado el nivel de salinidad deseado.

Secado y preparación final

Una vez que el bacalao esté desalado al gusto, se escurre y se seca con un trapo de cocina limpio, o toallas de papel de cocida, antes de cocinarlo.