Cocinamos aves
La carne de ave es similar a la de los animales de cuatro patas desde el puno de vista de la cocina y se utilizan los mismos métodos con ambas. De hecho, las recetas para carne de ternera pueden usarse con pechuga de pollo o pechuga de pavo y viceversa.
La carne de ave tiende a ser menos grasa que la de otros animales y eso influye a la hora de cocinarla. Suele queda seca cuando se pasa de punto.
Cómo saber si el ave está hecha
La volatería domestica debe cocinarse bien, con la excepción del pichón o la pechuga de pato a la parrilla, que pueden quedar rosadas por dentro. Es importante saber cuando el ave está en su punto pues este tipo de carne no contienen mucha grasa y se vuelve seca y fibrosa en cuanto se pasa un poco. Incluso una carne grasa como la de ganso resulta poco apetitosa cuando el ave ha pasado demasiado tiempo cocinándose.
La carne de ave está hecha cuando el jugo que suelta se vuelve claro y no quedan rastros de color rosado, como ocurre con la carne de otros animales.
Al presionarla con el dedo, la carne poco hecha parece blanda y se hunde. La carne en su punto presenta algo de firmeza y no cede fácilmente, vuelve a su sitio cuando se retira el dedo. La carne bien hecha es firme y no cede a la presión.
Si se cocina con hueso, el ave está bien cocinada cuando la carne empieza a separarse del hueso. Cuando se trata de aves pequeñas que se cocinan enteras, se puede probar si la pata se mueve fácilmente en su unión con el cuerpo; el encuentro es la última parte del ave en cocinarse.
En el caso de aves grandes, lo mejor es usar un termómetro para carne que se debe insertar en la parte interior del muslo, sin tocar el hueso, porque es lo último en cocinarse. Se considera que el ave está hecha cuando el termómetro indica una temperatura interna de 85ª C.