Aunque la cocina pueda parecer un entorno muy seguro y ciertamente la profesión de cocinero no se considera una ocupación de riesgo, pueden ocurrir muchos tipos de accidentes. No es tan difícil cortarse con un cuchillo, quemarse al tocar una cacerola caliente o con algún liíquido hirviendo, e incluso resbalar y caerse si algo ha caido al suelo y no se ha limpiado inmediatamente. En el pero de los casos, puede producirse un incendio.
La cocina
Todo el equipo debe estar encontrase en buenas condiciones.
La instalación eléctrica debe poder soportar la potencia de los aparatos eléctricos que se usen, normalmente el frigorífico, horno de microondas, el horno eléctrico, la campana extractora y otros aparatos que se puedan usar, como ollas eléctricas o robots de cocina.
Si se cocina con gas, la toma de gas debe tener una llave que lo cierre.
Los suelos no deben ser resbalosos.
Debe estar bien iluminada.
El paso de una zona a otra debe ser lo más amplio posible para evitar tropezarse.
Es recomendable tener algún detector de humo. Y no estaría de más tener algún detector de CO2 si se cocina con gas o fuego en un lugar cerrado.