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Vino y chocolate

Hay quienes insisten en que esta pareja no debería juntarse nunca. Sin embargo, hay vinos y chocolates que son perfectos compañeros.

Durante mucho tiempo se ha emparejado el vino con fruta, carne y otros alimentos de excelente calidad. Pero el maridaje de vino con chocolate es relativamente reciente y tiene una historia corta y controvertida.

Todos los tipos de chocolate, excepto el de cocina, son dulces. Eso puede hacer que el vino tenga un gusto más parecido a mosto, o zumo de uva, que a vino. Hay dos estrategias que pueden realzar el vino, en lugar de esconderlo.

La combinación de un chocolate dulce con un vino blanco seco no para todos. Sin embargo, para los  aventureros,   se trata de un emparejamiento delicioso. Un vino blanco seco, como un Riesling alemán, puede compensar cualquier dulzor excesivo que tenga un rico chocolate belga negro.

Otros toman el camino opuesto. Combinar un ligero chocolate con leche con un pesado clarete o un vino de Oporto puede parecerle algo sobrecargado a algunas personas. Pero para aquellos que no desean que el azúcar del chocolate oculte la del vino, necesita un vino audaz que sepa mantener personalidad, incluso con una audacia propia, enfrente del chocolate.

Una Marsala puede ser justo el vino para lavar el gusto que deja en la boca un trozo de chocolate, rico y envolvente. Pero para los chocolates con leche más delicados chocolates, los procedentes de Suiza, es mejor probar vino de Jerez, que es más ligero. Si Merlot es el  vino preferido esa temporada, se puede dejar que su dulce, afrutado néctar compense el pinchazo que da un chocolate amargo ¿Demasiado? Probar este vino con chocolate semidulce y puede que cambie la opinión.

Un Zinfandel rosa tiene un regusto más dulce y afrutado. Así que, si ese es el vino que se está sirviendo con la comida, cuando llega el momento de postre, se puede elegir un tipo de chocolate que pueda igualarlo. Un chocolate belga oscuro con pasas pueden servir para el propósito sin sobrecargar sus invitados.

Hay una amplia gama de vinos para elegir la hora de servir trufas de chocolate. Gracias al corazón cremoso de la trufa, y la delicada cobertura de chocolate espolvoreada con cacao en polvo, hay varias tintos que complementan perfectamente este fino producto de confitería. Se podría escoger  un Shiraz picante, o probar algo más sutil, como un Cabernet.

Pero, como ya sabemos, el vino tinto no es la única opción. Hay algunos blancos que van bien con el chocolate. Un chocolate blanco puede servirse mejor que nada con un vino como Gewürztraminer. Debido a que un chocolate blanco es especialmente rico y mantecoso, puesto que no tiene los ingredientes oscuros del cacao para compensarlo, es necesario ser especialmente cuidadosos y mantenerse en el lado seco con el vino.

Hay quienes prefieren quedarse con combinaciones más tradicionales. Está bien. Sin embargo, cuando se trate de comida y bebida, no hay reglas escritas en piedra. Experimentar un poco puede demostrar que un buen chocolate resulta una gran adición a la mesa, incluso en las mejores veladas.