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Serpiente

Las serpientes han inspirado el respeto y la admiración de la gente desde el principio de los tiempos, por su forma elegante, la rapidez de sus movimientos y los patrones y colores deslumbrantes de su piel. Las serpientes, tanto venenosas como inofensivas, han sido devoradas y disfrutadas por los seres humanos dondequiera que se encontraran.

La carne de serpiente

La carne de serpiente es firme y relativamente baja en grasas. Quienes la han probado dicen que es apetitosa. El sabor de la carne de serpiente se ha comparado con la anguila, el pollo y el conejo.

No todos aprecian la textura. Su columna vertebral tiene muchísimas vertebras con costillas más o menos finas que son difíciles de quitar, sobre todo en los animales finos, y se puede tener la sensación de comer pescado con espinas. 

La carne de serpiente de cascabel se servía como alimento ritual en las ceremonias tribales de los indios norteamericanos. En América del sur, se comen boas. En Asia y África, pitones. Los aborígenes australianos han apreciado la carne de serpiente durante miles de años.

Cómo se consigue y cómo se conserva

No está disponible en todos los países. Hay lugares donde la carne de serpiente no se clasifica como carne y no se puede vender comercialmente.

En otros sitios, se pueden cazar serpientes legalmente si se tiene un permiso especial. Quienes las cazan, suelen conservarlas vivas y las sacrifican en el momento de cocinarlas.

En los países donde se distribuye comercialmente la carne de serpiente, esta suele provenir de serpientes criadas en granjas especiales. Suele encontrarse en las carnicerías especializadas en carnes exóticas y el menú de algunos restaurantes.

La carne de serpiente debe conservarse en el refrigerador. Puede congelarse.

En muchos países del sureste asiático, las serpientes se venden en el mercado o restaurantes y se sacrifican y se cocinan a la orden del cliente.

La serpiente en la cocina

Primero se corta la cabeza, después se destripa y se le quita la piel, lo cual no es tarea fácil. Después se corta en trozos, si la receta lo pide, y se cocina. Generalmente, la carne de serpiente debe ser cocinada a fuego lento durante varias horas para que quede tierna.

Puede cocerse a fuego lento o en la olla a presión, para después saltearla con hierbas y especias, o empanarla y freírla.

En África, las recetas recomiendan que una pitón se prepare al curry.

En Australia, los aborígenes consideran que la carne blanca y firme de la serpiente es mucho mejor que la de las aves. La forma tradicional de cocinar una serpiente según sus costumbres, requiere dos cocineros que la sujeten estirada sobre un fuego abierto, uno sujeta la cabeza y otro la cola, para evitar que el cuerpo se retuerza y se doble en una postura difícil de manejar. Cuando la serpiente ha dejado de retorcerse, la estiran sobre el suelo, y hacen cortes a lo largo de la columna vertebral. Entonces se enrolla, se ata con hierbas y se cubre con brasas y cenizas para que se haga lentamente. Se destripa justo antes de servirla.