Barbacoas
Las barbacoas de toda la vida utilizan leña o carbón, pero hay otras alternativas, como las barbacoas eléctricas y las de gas. El éxito depende de saber usar el tipo de barbacoa que se haya escogido.
Tipos más comunes de barbacoa
Hay tres tipos principales de barbacoa, o parrilla, dependiendo del tipo de combustible que utilicen para calentar: carbón o leña, gas, o electricidad. Cada uno de estos tipos tendrá interés para personas con necesidades diferentes.
La barbacoa de leña o carbón
Durante muchísimos años, el único tipo de barbacoa disponible era una parrilla colocada encima de una hoguera con carbón, o leña, ardiendo, y probablemente este estilo sigue siendo el más conocido. La leña o los trozos de carbón se colocan en forma de pirámide, se encienden, a veces con la ayuda de un material o un fluido especial. Una vez que el carbón empieza a mostrar ese característico brillo rojo, o la leña se ha transformado en ascuas ardientes, se extiende debajo de la parrilla y se convierten en una fuente de calor que no solo cocina, sino que le da un sabor especial a la comida.
A pesar de que las barbacoas de leña o carbón requieren un poco más de esfuerzo para preparar, utilizar y limpiar, no se puede negar que el sabor de la carne cocinada de esta forma es único. El sabor varía según el tipo de leña utilizado. Y este es también el caso del carbón, aunque también se pueden añadir unos pocos trozos de leña simplemente para dar sabor, y ciertamente esto es lo que se hace en el caso de un ahumador. Pero estas barbacoas tienen inconvenientes.
Si se utiliza leña, hará falta una mezcla de ramas finas, fáciles de prender para que empiecen el fuego, y ramas más gruesas, que tarden mucho en quemarse y mantengan el calor el tiempo suficiente para cocinar los alimentos. Controlar la temperatura es difícil. Obviamente, hará falta leña nueva cada vez que se encienda la barbacoa. Será muy difícil que alguno de los restos pueda utilizarse otra vez.
Las parrillas de carbón requieren, por lo general, algún tipo de líquido parecido a la gasolina para ayudar a que las briquetas se enciendan y se calienten hasta el punto de que el fuego se mantenga por sí mismo. Este líquido puede fácilmente darle mal sabor a la comida si no se ha quemado por completo antes de empezar a cocinar. El carbón necesita también un período largo para enfriarse y debe reemplazarse después de uno o dos usos. La limpieza de la barbacoa es a menudo laboriosa.
Este tipo de barbacoa no necesita una instalación especial y siempre funciona. La leña y del carbón vegetal tienen algunas desventajas. Tardan su tiempo en alcanzar la temperatura adecuada para cocinar y, si no se calcula bien, es posible quedarse sin calor antes de terminar de cocinar todo lo que había preparado. Le dan sabor a la comida y no se aprecia este sabor, es mejor escoger otro tipo de parrilla. Hay que limpiar las cenizas y no es la taarea más agradable.
La parrilla de gas
Las barbacoas de gas empezaron a verse en los patios hace unas pocas décadas, pero se han hecho enormemente populares. Se encuentran dos tipos principales, las de gas natural y las de gas propano.
Las barbacoas de gas natural queman, como su nombre indica, gas natural y suelen estar conectadas al suministro principal de la casa, aunque estén en el exterior. Producen calor alto y, más importante, una temperatura uniforme. La limpieza es relativamente fácil y algunas de ellas tienen facilidad de auto-limpieza, como ocurre en ciertos tipos de horno.
Pero, claro, una barbacoa de gas natural requiere que haya una salida para conectarla al suministro de gas, algo que requiere planificación previa y que se hace de forma estándar en muchos países.
En Estados Unidos, por ejemplo, muchos hogares ya tienen este tipo de salida en la terraza o patio, así que esto rara vez es un problema.
La movilidad de la barbacoa está limitada. Una vez instalada la conexión, la manguera será bastante corta y la parrilla tendrá que estar cerca de la salida. Como la barbacoa, y la conexión, estarán fuera haga calor, llueva o hiele, requerirán inspecciones regulares, como ocurre con el equipo de cocina. Hay casos raros en los que pueden presentar un peligro de incendio si no se escoge el emplazamiento con cuidado. A pesar de todo, las parrillas de gas natural son una gran opción.
El otro tipo de barbacoa de gas, las que utilizan propano o butano, utilizan por lo general un tanque rellenable o bombona. Las bombonas pueden ser de varios tamaños (20 litros es normal) y su capacidad afecta al tiempo que pueden cocinar. Las parrillas de gas propano, o butano, producen una temperatura bastante alta, sólo un poco menor que el gas natural, y cocinarán una hamburguesa igual de bien, sólo que requerirán un poco más de tiempo para cocinarla.
Este tipo de barbacoas de gas son convenientes porque se pueden mover. Y si se cocina a diferentes horas del día, puede ser una gran ventaja. Si el sol calienta demasiado en un sitio, o se están haciendo obras, la barbacoa puede moverse a otro lugar.
Pero las bombonas se agotan, más lentamente o más rápidamente dependiendo de la duración de cada sesión de cocina y con qué frecuencia se utiliza la parrilla. Cambiarlas no es terriblemente caro, y es fácil tener siempre una bombona de repuesto para no quedarse a medias en una sesión. La molestia de tener que conseguirlas y cambiarlas puede ser trivial o considerable, dependiendo de quién es el proveedor, incluyendo aspectos burocráticos y si las entregan a domicilio
Muchos modelos de gas natural se pueden convertir en barbacoas a gas propano, o butano, y viceversa. Existen kits especiales para hacerlo que son fáciles de usar. Estos kits varían en precio, probablemente una estimación adecuada sería un tercio del coste original de la barbacoa.
Lo mejor de una parrilla de gas es su simplicidad; sólo hace flata girar un mando para encenderla. Se calienta rápido y no hay que preocuparse de mantener el fuego. No hay que limpiar cenizas ni comprar bolsas de carbón vegetal. Una botella de gas dura más que un saco de carbón vegetal. El inconveniente es que la comida asada sobre una parrilla de gas no tiene ese sabor tostado que adquiere cuando se usa leña o carbón vegetal.
Las parrillas eléctricas
Las barbacoas eléctricas son la opción más moderna. Pueden ser prrillas de mesa o tener patas. Cuando tienen tapa, se trata esencialmente de hornos eléctricos sobre ruedas, y pueden tener algunas de ventajas. Muchas tienen la facilidad de auto-limpieza presente en los hornos interiores.
No se necesita combustible, sólo un cable y un enchufe. La temperatura puede controlarse con gran precisión. Sin embargo, suelen ser más caras que otros estilos en coste de utilización.
Una estufa
Hay estufas exteriores que incluyen una parrilla para cocinar. Pueden ser de leñar, carbón, gas o eléctricas. Su ventaja es su tamaño y que pueden colocarse en casi cualquier sitio, incluso una terraza algo amplia o un patio pequeño. Normalmente, todos los comensales pueden participar activamente en la preparación de la comida y resulta una gran experiencia, además de producir comidas deliciosas. Es recomencable cocinar cosas sencillas, como salchichas y hamburguesas. No permiten cocinar grandes cantidades a la vez, así que sólo sirven para reuniones íntimas, con pocos comensales.
El ahumador
Algunas personas consideran que este es el mejor método para cocinar al aire libre porque se obtienen resultados espectaculares. Como su nombre indica,en un ahumador, el humo es lo que cocina la carne, o pescado, no el calor directo. No el fuego lo que hace que la comida se derrita en la boca, sino un diseño brillante que permite que la parrilla retenga el humo lo suficientemente bien como para cocinar bien los alimentos. La desventaja es que los alimentos tardan mucho tiempo en hacerse y hay que empezar a cocinar con mucha anticipación.
Conclusión
Con la gran cantidad de mejoras tecnológicas de los últimos años en el tema de barbacoas y parrillas exteriores, además de los estándares que un elemento de cocina debe cumplir para poder aparecer en el mercado, cualquier marca conocida funcionará bien. Sólo hace falta considerar el presupuesto, y métodos preferidos antes de decidirse por una barbacoa particular.
Características adicionales
Una vez que se ha encontrado un tipo de barbacoa, o una serie de modelos básicos adecuados, las características adicionales que tengan pueden influir en la decisión final.
Algunos modelos de barbacoa de butano o propano, por ejemplo, tienen un quemador lateral. Ese quemador, generalmente del tamaño de un quemador ordinario de una cocina, puede resultar conveniente. Permite cocinar verduras, salsas y otros platos de la comida mientras el plato principal se cocina a la parrilla.
Pero los modelos de gas natural a menudo tienen un quemador más grande, o más de uno, lo que permite preparar comidas más complejas. Los modelos de propano a veces cuentan con más de un quemador, pero tienden a ser algo más pequeños para retener la portabilidad. Las parrillas de gas natural suelen permanecer en el lugar donde se instalan durante mucho tiempo, por lo que los diseñadores pueden hacerlas más grandes y pesadas, por ello tienen más espacio para quemadores adicionales.
Las bandejas de goteo extraíbles son un gran complemento. La grasa y trozos de comida que se can de la parrilla se quedan en la bandeja y no caen al fondo para acabar carbonizados y pegados. El hecho de que sea deslizable facilita mucho la limpieza.
Otras partes extraíbles pueden ser simples barras metálicas e incluso briquetas de cerámica en miniatura.
Las barras removibles son más fáciles de limpiar. Claro que no se quitan antes de colocar la carne ya que se cocinará mejor si la parrilla está caliente. Algunas recetas sugerirán colocar la carne en una parrilla fría para variar en el efecto. Es más fácil sazonarla o frotar especias sobre la superficie.
Muchos modelos de parrillas de gas natural y propano no solo usa la llama para calentar, sino que también briquetas del tamaño y la forma del carbón vegetal tradicional. Están hechas de un material reutilizable permanentemente, o casi, generalmente un tipo de cerámica. La llama calienta la briqueta, que a su vez emite ese calor. El conjunto de la llama y las briquetas mantienen una temperatura más uniforme.
Estas briquetas requieren mantenimiento, ya que la grasa las gotea y se carboniza sobre en ellas. Se pueden limpiar hasta cierto punto y se pueden reemplazar sin complicaciones, aunque duran docenas de sesiones de barbacoa.
La mayoría de las barbacoas de tamaño estándar se pueden cubrir, pero el tipo de tapa puede marcar la diferencia entre un modelo y otro. Algunos tienen un asa en lugares relativamente convenientes, como el frente. Cuando se abre la tapa, la mano y el brazo quedan directamente sobre el calor. Los diseñadores más inteligentes colocan asas a los lados para que se pueda abrir la tapa mientras se cocina sin riesgos ni molestias.
Los termómetros integrados en la tapadera son una opción excelente. Se puede comprobar la temperatura sin levantar la tapa y se sabe cuándo comenzar a cocinar, dar la vuelta a la carne, o retirarla. Esto es particularmente útil en una barbacoa de propano, donde lo deseable es economizar el combustible tanto como sea posible.
Las bandejas en la parte inferior o lateral son convenientes para dejar herramientas o platos, y también la comida antes de ponerla sobre la parrilla. Los ganchos bien colocados o lugares especialmente diseñados para sujetar las herramientas siempre se usan.
Este tipo de complementos son los que hacen que un modelo se adapte mejor a un estilo de cocina que otro.
Hay una cosa más. Quienes estén pensando en su primera barbacoa o una barbacoa nueva, deben tener en cuenta que veces es mejor empezar pensando en el final. Y el final de cada barbacoa es la limpieza. Algunos modelos de parrilla pueden convertirse en una pesadilla a la hora de limpiarlas.
¿Gas, leña o carbón vegetal? La discusión interminable
Hay factores a favor y en contra a la hora de comprar un tipo de barbacoa u otro. Y a menudo giran alrededor de la facilidad de uso y la limpieza, precio, coste de mantenimiento, y otros conceptos similares. Pero el debate más apasionado se genera alrededor del tema de cual cocina mejor. Y puede que no haya ninguna respuesta correcta a esa pregunta.
Las parrillas tradicionales que usan leña o carbón vegetal como combustible añaden un sabor distintivo a barbacoa que, hasta ahora, ningún otro tipo ha sido capaz de duplicar. Incluso el mismo carbón vegetal puede encontrarse en una gran variedad de estilos, desde el tradicional carbón negro, hasta el carbón aromatizado. El añadir madera de cerezo y otras maderas naturales a la mezcla realza la barbacoa de una forma que no se puede conseguir en una de gas. Aunque algunos diseños pueden funcionar como ahumadores y permiten la adición de madera para ahumar.
A medida que el carbón vegetal se quema, el humo alcanza la carne y le infunde su aroma. Pero ya hemos comentado cocinar con carbón tienen sus problemas, y uno de ellos es escoger el momento en el que se va a poner la carne en la barbacoa, ya que puede ser difícil juzgar cuando se ha quemado todo el fluido de ignición. Si la carne se pone en demasiado pronto, cogerá un cierto gustillo a combustible, y el sabor a gasolina no es un sabor muy agradable.
También hemos mencionado otra desventaja de este tipo de barbacoas, lo difícil que es controlar la temperatura. Una vez que la leña o el carbón empiezan a hacer brasa, cuando alcanzan su temperatura de combustión, la cual varía dependiendo del tipo de leña o la composición del carbón, la única forma de reducir el calor es quitar parte del carbón o separar los trozos; y el efecto es sólo limitado. Además, pueden producirse llamaradas espontáneas, por ejemplo, cuando la grasa de la carne gotea sobre el fuego, y las llamas pueden quemar la carne de forma desigual. Y la queman, no la cocinan.
En las barbacoas de gas esto se puede controlar mucho mejor. Y en las parrillas eléctricas no hay llamaradas, claro que el humo producido por la grasa quemándose en el elemento eléctrico puede afectar al sabor de la carne que se está cocinando. En este caso, las críticas vienen por otro lado.
El gas natural produce un calor fuerte y hay que vigilar la carne estrechamente para que se haga de más. En la mayoría de las buenas barbacoas, el efecto se logra mediante una cocción lenta. Esto es posible, incluso fácil, con el una de gas natural, ya que todo lo que hay que hacer es bajar el fuego. Pero con este tipo de parrillas existe la tentación de fijar la llama al máximo y olvidarse después.
Tanto el propano como el butano generan menos calor que el gas natural, pero pueden generar lo suficiente para dorar una hamburguesa sin el menor problema. La grasa que gotea tampoco suele ser un problema ya que no provoca unas llamaradas tan altas como en el caso del carbón.
El inconveniente más común de este tipo de parrillas no es algo inherente al tipo de combustible que usan, sino que proviene de seleccionar el modelo equivocado. Muchos de los modelos de gas propano o butano no son muy potentes y no pueden ir más allá de un perrito caliente o una hamburguesa. Para hacer un trozo de pollo con hueso y piel, o cocinar un filete grueso, se necesita una cierta fuerza. Los modelos más pequeños simplemente no pueden con ello.
Las barbacoas eléctricas pueden sufrir de la misma incapacidad, si el modelo elegido no permite elevar la temperatura por encima de 204C. Si se selecciona un modelo más grande, se podrá cocinar tal y como se haría en el horno de la cocina. Este puede ser el mayor inconveniente de las barbacoas eléctricas. Es difícil sentir que se está haciendo una barbacoa a menos que se vea algún tipo de llama.
Entonces, el ganador es…
Cuando se trata de barbacoas, todo el mundo tiene su estilo preferido y lo más probable es que nadie quiera cambiar.