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La cocina argentina

La cocina argentina es una mezcla de ingredientes nativos o locales y las influencias de los emigrantes que se establecieron allí.

Argentina es el segundo país más grande de Sudamérica por extensión territorial. Está situada entre la cordillera de los Andes y el Océano Pacífico. Tiene frontera con Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay. Al estar situada de esta manera, Argentina está expuesta a muchas influencias culturales diferentes que llegan desde todas las direcciones, incluidos países de todo el Pacífico. España se encargó de establecerse permanentemente en el país a fines del siglo XVI, y permaneció allí hasta que Buenos Aires se emancipó formalmente en 1853. Una de las diferencias más notables entre la cocina argentina, las cocinas americanas y las cocinas exóticas de todo el mundo es la gran influencia que las culturas culinarias española e italiana han tenido en su contenido.

Sorprendentemente, debido a la influencia de la cultura italiana en el país de Argentina, los alimentos básicos italianos como la  lasaña, pizza, pasta, ñoquis y ravioli se ven habitualmente en las mesas argentinas, al menos en las principales ciudades del país, y hay muchas recetas con influencia italiana. Inusualmente, cuando se trata de comida italiana, el pan blanco también es común, al igual que las guarniciones hechas de verduras nativas de Argentina, como patatas, berenjenas, calabazas, pepinos y calabacines. La yerba mate nativa es una bebida popular.

Argentina también es uno de los principales productores mundiales de leche, trigo, maíz y carne, incluidas, entre otras, carne de res, carne de cabra, cerdo y cordero, por lo que, naturalmente, es habitual ver algún tipo de carne en un plato argentino, particularmente carnes a la parrilla acompañadas de salsas como el chimichurri. Los platos argentinos son normalmente muy ricos en proteínas.

Las empanadas también son una de las comidas preferidas de los argentinos. Se sirven frecuentemente en los restaurantes argentinos y se puede decir que son uno de los platos favoritos a nivel nacional. Las empanadas, y empanadillas, son pasteles casi siempre salados rellenos de carne o queso y se hacen horneadas o fritas; a menudo se sirven en fiestas como aperitivo. También hay una versión para postre de las empanadas, generalmente rellenas de fruta, como manzanas o naranjas, con abundante azúcar moreno.

En las ciudades pequeñas, las influencias de España e Italia en la cocina son menos aparentes. En las zonas rurales de Argentina, entre las comidas habituales se encuentran las milanesas, finas lonchas de carne bañadas en huevo, rebozadas en migas de pan y luego fritas en aceite. Su simplicidad las convierte en excelentes bocadillos, pero también se pueden servir como parte de una comida caliente acompañadas con puré de patata, y quedan tan bien como cuando se sirven entre dos rebanadas de pan como bocadillo.

Los chefs argentinos más importantes actualmente tienden a retomar el estilo provincial, más clásico, de preparar y cocinar alimentos. Este estilo se parece más a la cocina mexicana que a la italiana, y se utilizan especias más audaces e intensas.

Invocando una vez más las influencias españolas en Argentina, los cocineros argentinos son famosos por sus tortillas. A diferencia de la versión mexicana de las tortillas, la versión argentina usa masa de patata, en contraste con la tradicional tortilla mexicana que suele ser de maíz o de harina de trigo.

Los postres también son muy importantes en estas áreas. Un postre muy popular en Argentina es el dulce de leche, un dulce budín de azúcar y leche cocidas lentamente hasta que el azúcar se carameliza y la leche se convierte en una crema muy espesa. Este postre de color marrón claro se puede comer solo, o se usa para rellenar pasteles o tartas. A veces, también se deja que esta golosina cristalice en forma sólida, como una lámina sólida de caramelo.


Los emigrantes italianos que llegaron a Argentina trajeron consigo su artesanía del queso. Esta artesanía, unida a la caliada y cantidad de leche que se produce en Argentina, ha dado como resultado un queso provolone de gran calidad. Ese provolone se usa frecuentemente para hacer provoletas. La provoleta es una creación argentina que surgió de la idea de adaptar el queso provolone italiano al asado criollo.

Las provoletas son rodajas de queso provolone hilado que se asan a la parrilla o a la plancha, y que son típicas de la gastronomía argentina. Se suelen consumir como entrada o acompañamiento de un asado, y se les puede agregar orégano, guindilla molida, pimentón o chimichurri para darles más sabor. La provoleta se caracteriza por tener una textura crujiente por fuera y cremosa y elástica por dentro, y por no derretirse ni deformarse durante la cocción. Para lograr este resultado, se recomienda usar un queso de buena calidad, cortarlo en rodajas de al menos 1,5 cm de grosor y cocinarlo a fuego medio alto durante 3 minutos por cada lado. 


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