La salsa de este plato de caracoles puede usarse con otros ingredientes, como los callos, y queda muy bien cuando se usa para recalentar otros alimentos ya cocinados, como gambas.
Ingredientes
Instrucciones
Ponemos los caracoles en una olla y los cubrimos con agua fría. Los llevamos a ebullición y los dejamos cocer 5-10 minutos. Si todavía sueltan mucha baba y el agua sale sucia, colamos el agua y repetimos el proceso.
Una vez que estén completamente limpios, los volvemos a poner a hervir cubiertos con agua, añadiendo sal y los tallos de perejil. Dejamos que cuezan 30 minutos.
Para hacer la salsa picante, calentamos el aceite de oliva en un cazo y sofreímos la cebolla hasta que empiece a ablandarse, 3-4 minutos. Añadimos el ajo, puerro y pimiento verde y seguimos cocinando. Cuando la cebolla esté blanda, agregamos el tomate, las guidillas enteras, la hoja de laurel y un poco de sal. Dejamos que se cocine suavemente 10-12 minutos.
Ahora añadimos el líquido y dejamos que la salsa siga cociendo lentamente hasta que el tomate se deshaga y la salsa espese, 30-45 minutos.
Retiramos las guindillas y la hoja de laurel. Pasamos la salsa por el pasapurés o por un colador de malla mediana (la textura de la salsa no queda bien con la batidora) y la volvemos a poner en el cazo. Añadimos el zumo de limón y ajustamos la sazón.
Echamos los caracoles al cazo con la salsa y dejamos que cuezan lentamente 30 minutos más. Cuando estén listos, servimos los caracoles con su salsa picante en cazuelitas individuales, adornados con perejil picado.