Patatas aplastadas
Convierte los restos de patatas asadas en un aperitivo o guarnición muy apetecible.
Ingredientes
Instrucciones
Calentamos el horno a 180-200º C. Engrasamos una bandeja de horno con aceite de oliva.
Ponemos la mantequilla, el ajo y las hojas de romero fresco en un cacito y los calentamos hasta que la mantequilla se funda, 2-3 minutos, mezclando todo bien.
Colocamos las patatas en la bandeja engrasada, dejando un hueco de 3-4 cm alrededor de cada una. Aplastamos cada patata con la ayuda de una rasera o una espátula. Rectificamos la sazón si hiciera falta.
Vertemos un poco de la mantequilla fundida y condimentada sobre cada patata, cubriendo la superficie. Metemos la bandeja en el horno y dejamos que las patatas se tuesten hasta que se vea la mantequilla burbujear y la superficie empiece a dorarse, 15 minutos.
Sacamos las patatas del horno y espolvoreamos un poco de queso rallado por encima. Volvemos a meterlas en el horno hasta que el queso se funda, 5-10 minutos más.
Sacamos las patatas aplastadas del horno, las pasamos a una fuente y las servimos bien calientes.
Notas
Las patatas aplastadas pueden servirse como guarnición de un asado o de un filete. También pueden servirse como aperitivo, acompañadas de nata agria como salsa para mojar.
Variaciones
Quienes gusten de lo picante, pueden poner unas tiras finas de guindilla sobre cada patata justo después de poner la mantequilla fundida.
El romero se puede sustituir por tomillo o por otras hierbas aromáticas.
Se puede usar cualquier tipo de queso que se tenga a mano. Queso rallado, queso de cabra o queso azul desmenuzado.
Puede freírse parcialmente tocino entreverado, cortado en daditos finos, y salpicarlo sobre las patatas, usando la grasa que suelte como si fuera mantequilla líquida.