Los rosquitos fritos son sabrosos sin resultar empalagosos y tienen una textura firme y por ello son unos dulces ideales para mojar en leche sola, o en café con leche.
Ingredientes
Instrucciones
Calentamos el aceite de oliva a fuego lento en una sartén y freímos la corteza de limón y las semillas de anís durante un par de minutos. Dejamos que se vaya enfriando.
Mezclamos el zumo de naranja, el zumo de limón, el bicarbonato, la canela molida y el anís dulce en un recipiente. Lo reservamos.
En un cuenco grande, batimos los huevos con el azúcar hasta que se haya disuelto todo el azúcar. Añadimos el aceite de oliva aromatizado, colado, y la mezcla de zumo de naranja y limón.
A continuación, vamos echando la harina, poco a poco hasta que se forme una bola de masa. La amasamos con las manos hasta que se despegue bien.
Cubrimos el recipiente con un trapo limpio y dejamos que la masa repose 1 hora.
Vamos dando forma a los rosquitos. Se fríen antes cuando son de tamaño pequeño.
Calentamos el aceite de girasol en una sartén honda.
Freímos los rosquitos por tandas, dándoles la vuelta para que se doren por igual y sacándolos cuando están dorados.
Los secamos un momento sobre papel de cocina y los pasamos a la fuente de servir.