Calamares en su tinta
Calamares guisados con un sofrito de cebolla y tomate en vino blanco y su propia tinta, una receta clásica.
La técnica conlleva cierta dificultad, o se tarda en preparar el plato, aunque la técnica sea sencilla.
Calamares guisados con un sofrito de cebolla y tomate en vino blanco y su propia tinta, una receta clásica.
Un plato muy satisfactorio que no lleva mucha cantidad de carne. Una idea para quienes quieran reducir el consumo de carne, ya sea por una cuestión de dieta o de ética.
Así es como se prepara el chucrut al estilo alsaciano. Es la base del choucroute garnie.
Huevos revueltos con patatas fritas y acelgas cocidas salteadas con ajo.
La polenta es una pasta de harina de maíz cocida. Se puede servir caliente, como gachas, o dejar que se enfríe para después hacerla al horno entera, o cortarla en trozos para freírlos o asarlos a la parrilla. Ya sea caliente o fría, la polenta es verátil y se presta a muchas presentaciones distintas.
Los buñuelos de pescado son muy ricos, especialmente si se sirven con una salsa de sabor intenso. Tienen una textura suave y cremosa debajo de una corteza crujiente una vez fritos.
El corazon de ternera guisado es un plato suculento y nutritivo. Todos las vísceras son baratas y nutritivas, pero el corazón es una de las más magras y digestibles. La grasa exterior se quita fácilmente.
Un bizcocho suave y esponjoso mojado en un almíbar hecho con brandy o ron.
El pastel de carne guisada es una comida perfecta para los rancheros que se trabajan en el rancho durante todo el día. Esta receta está diseñada para usar las sobras del asado del día anterior.
Una receta muy casera. En este guiso se pueden variar las verduras, hortalizas y las hierbas al gusto.
El pescado al horno con tocino ahumado, patata y nata líquida no es un plato ligero, pero es muy reconfortante y es una de esas recetas que nos hacen recordar la niñez y la cocina de casa.