Sopapillas
Estas frituras ligeras y esponjosas, hechas con una masa simple y servidas con miel o azúcar, son un complemento perfecto para el café de la tarde o como postre.
Ingredientes
Instrucciones
En un cuenco grande, mezclamos la harina, levadura en polvo y sal. También mezclamos el azúcar si se trata de la versión dulce.
Agregamos la mantequilla y la mezclamos con las manos o un cortapastas hasta que la mezcla tenga consistencia granulosa. Si se usa puré de calabaza o calabacín, lo agregamos ahora, mezclando bien.
Añadimos el agua tibia poco a poco, amasando hasta que la masa quede suave y manejable, ajustanado la cantidad de agua si fuera necesario. Cubrimos la masa con un paño limpio y la dejamos reposar unos minutos.
Enharinamos ligeramente la superficie de trabajo y extendemos la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de 5 mm aproximadamente. Cortamos la masa en círculos usando un cortador de galletas o el borde de un cuenco pequeño.
Calentamos abundante aceite en una sartén honda. Freímos las sopapillas por tandas hasta que estén doradas y esponjosas, aproximadamente 2-3 minutos por cada lado. Las retiramos del aceite con una espumadera y las colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Para servirlas como dulce, las servimos con miel y canela. Para servirlas saladas, las acompañamos con pebre o una salsa picante.
Notas
La masa hecha con manteca es más suave. Si se hacen sopapillas con puré de calabaza, o calabacín, hará falta añadir menos agua.
El aceite para freír debe calentarse a 180ºC y debe mantenerse la temperatura constante para evitar que las sopapillas se empapen de aceite.
Las sopapillas saladas también se pueden servir como acompañamiento a un guiso.
Variaciones
Se puede añadir un trozo de queso en el centro de cada círculo de masa antes de freírlos.
Si no se tiene miel a mano, las sopapillas se pueden espolvorear con una mezcla de canela y azúcar una vez fritas.
Las sopapillas dulces se pueden servir con una salsa de chocolate.
Origen
Las sopapillas son un postre tradicional de América Latina, especialmente popular en países como Chile, Argentina y México. Tienen sus raíces en los buñuelos y frituras de la cocina española, pero se han adaptado a los ingredientes y gustos locales en los diferentes países.
La comida mexicana está llena de variedad
En Chile, también se sirven saladas, acompañadas de pebre o chancaca.