Se pueden preparar una gran variedad de platos deliciosos con fruta.
La fruta es deliciosa. Es un postre rápido y fácil de preparar cuando se sirve fresca, y se necesita muy poco para convertirla en una gran variedad de platos exquisitos cuando se cocina.
La fruta se puede hacer a la parrilla o al horno, puede hacerse en papillote, puede freírse, escalfarse o cocerse.
Se hacen purés, cremas y salsas de fruta, se hacen sorbetes y helados, se hacen dulces, frutas glaseadas y escarchadas.
Además de postre por derecho propio, también puede ser un entremés, un plato ligero o algo para refrescar el paladar entre un plato fuerte y el queso.
Cocinar con fruta congelada
La fruta congelada se puede cocinar directamente, sin necesidad de descongelara. Además es recomendable cocinarla sin descongelar para evitar que el líquido que suelta estropee el plato, así se controla major la cantidad de zumo que suelta y como lo suelta.
Pesa lo mismo que cuando estaba fresca. La fruta congelada se usa en las mismas cantidades que la fruta fresca.
Queda muy bien en batidos. No queda bien en tartas abiertas.
Necesita cocinarse durante más tiempo porque se descongela mientras se calienta al cocinarse.
Si las bayas, frutos del bosque y otras frutas blandas han empezado a descongelarse antes de añadirlas a una masa, se pueden pasar por azúcar que abosroberá el zumo.
La fruta congelada puede perder color y frecuentemente se le añade azúcar o ácido ascórbico, o ambos, para retrasar el proceso, lo cual es algo deseable. Estos aditivos le dan un sabor algo más dulce y ácido que cuando estaba fresca.