Un plato sencillo y elegante. La salsa de vino y cerezas, que se hace con la grasa que suelta el pato, corta la untuosidad de la pechuga de pato.
Ingredientes
Instrucciones
Calentamos el horno a 180-200º C. Hacemos unos cortes en la piel y salpimentamos los magrets de pato.
Ponemos los magrets en una sartén fría, con la piel hacia abajo. Cocinamos el pato a fuego medio, retirando el exceso de grasa de vez en cuando, hasta que la piel se ponge crujiente, 6-8 minutos. Le damos la vuelta a los magrets y sellamos rápidamente el otro lado, unos 30 segundos.
Pasamos los magrets a una fuente, los metemos en el horno caliente y dejamos que se hagan 5-20 minutos más, dependiendo del punto que queramos darles. Cuando estén listos, los pasamos a una fuente caliente y los dejamos reposar 10 minutos.
Para hacer la salsa, calentamos un poco de la grasa del pato en un cazo a fuego medio. Sofreímos las cerezas y la chalota picada, si se usa, hasta que se ablanden, 4-5 minutos. Añadimos el vino tinto y el caldo, subimos el calor y dejamos que la salsa hierva rápidamente hasta que espese un poco, unos 10 minutos. La pasamos por la batidora para que quede suave.
Para servir, cortamos los magrets de pato en lonchas y los cubrimos con un poco de salsa de cerezas.