repostería

Una variación hecha con queso cremoso del rugalach de la cocina hebrea que es muy popular en el norte de Nueva Jersey.

Esta gelatina es dulce y sabrosa como la mermelada de pétalos de rosa, incluso tiene el mismo aspecto, pero tiene menos azúcar.

El bizcocho Victoria es uno de los que se hacen con crema batida. El aire que se incorpora al batir la mantequilla con el azúcar produce un bizcocho que resulta ligero y esponjoso aunque contenga una proporción de grasa y azúcar más alta que otros tipos.

Una receta muy fácil para preparar golosinas heladas sin leche ni productos lácteos. Y estos dulces tampoco tienen gluten.

La cocina andaluza nos trae un dulce tan delicioso, sencillo y fácil de hacer como son las tortas de aceite. Se pueden servir en el desayuno o la merienda, acompañando al café, y también como postre a la hora de la comida o la cena.

Los bollos para té ingleses, o scones, se sirven a la hora del té calientes, con mantequilla, mermelada, y crema.

Los niños pueden ayudar a preparar sus propias golosinas o trufas de frutos secos, que, además, serán más nutritivas que los caramelos que sólo tienen azúcar.

Un postre lleno de los sabores del verano que puede ser ligero cuando los melocotones se hacen al vapor y se sirven sólo con la salsa, y puede ser decadente cuando los melocotones se hacen a la parrilla con mantequilla y se sirven con nata montada o helado, además de la salsa.

Este dulce mexicano es rico, cremoso y fácil de hacer, aunque prepararlo lleva varias horas. Frecuentemente se encuentra cortado en cuadrados de tamaño mediano, pero también se puede enrollar en forma de cilindro estrecho y cortar rodajas de tamaño de un caramelo.